La culminación del Corredor Atlántico ferroviario para mercancías y pasajeros, uno de los dos de ámbito europeo en los que participa España junto con el del Mediterráneo, supondrá una inversión total de 41.047 millones de euros, según la propuesta oficial presentada este miércoles en Fomento.
De esa cantidad global, 16.872 millones están pendientes de ejecución con un plazo previsto hasta 2030. De la cantidad pendiente de ejecución, 2.997 millones irán destinados a renovaciones y 13.475 millones a nueva construcción del corredor que atraviesa las fronteras francesa y portuguesa.
En 2019, las licitaciones previstas para este corredor ferroviario alcanzan 2.820 millones, de los que 660 millones irán destinados al eje Extremadura-Castilla La Mancha.
El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha señalado en la presentación de las líneas maestras de esta infraestructura ferroviaria que las cifras "indican la enorme magnitud de un proyecto a largo plazo".
Ha calificado este plan como un "asunto de Estado", y ha señalado como el "reto principal" del corredor la "estabilidad institucional y el consenso político".
Ábalos ha destacado que los corredores Atlántico y Mediterráneo no son "realidades independientes", y ha subrayado sobre el primero que "modernizará una red bastante abandonada y que corre el riesgo de quedarse obsoleta".
En cuanto al Corredor Atlántico y la conexión con Europa, las comunidades autónomas beneficiadas son Galicia, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, País Vasco, Castilla-La Mancha, Madrid y Cantabria.
El secretario general de Infraestructuras, Javier Izquierdo, ha hecho hincapié en el carácter multimodal de la propuesta de plan para el Corredor Atlántico para flujos de larga distancia.
Ha apuntado como requisitos imprescindibles para esta infraestructura la electrificación y la implantación integral del sistema de seguridad ERTMS.
En el apartado de transporte de mercancías, el plan prevé que la vía soporte una carga de 22,5 toneladas por eje, que los convoyes puedan alcanzar una velocidad de línea mínima de 100 kilómetros por hora y con una longitud de 750 metros para hacerlos más competitivos.
En cuanto al ancho de la vía, el Corredor Atlántico necesitará una migración del ancho ibérico al tipo estándar, pero como objetivo a medio y largo plazo.
En este apartado, las nuevas líneas se están diseñando en general teniendo en cuenta el ancho estándar.
La presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, ha desgranado las prioridades de esta infraestructura para el periodo 2019-2025.
En ese sentido, ha apuntado en la zona noroeste las conexiones León-Vigo (420,2 km. y 650 millones de inversión prevista); Vigo-La Coruña (210,7 km. y 70 millones); de Asturias y Cantabria, la más complicada por la orografía y el clima; y León-Pola de Lena (69,9 kilómetros y 3.750 millones); Pola de Lema-ciudades asturianas (62 km. y 276 millones) y Palencia-Santander.
De Castilla y León, el tramo Medina del Campo-Salamanca-Fuentes de Oñoro (123,3 km. y 148,13 millones); de Extremadura, el tramo Mérida-Puerto Llano (239 km. y 462 millones) y de Andalucía, el que une Bobadilla con Algeciras (176,2 km. y 460 millones).