El informe Paying Taxes 2019, elaborado por la consultora PwC para el Banco Mundial, rebela que las empresas españolas destinan el 47% de sus beneficios al pago de impuestos y cotizaciones sociales. Un porcentaje que deja a España muy por encima de la media de la OCDE (40,3%) y bastante por encima del conjunto de la Unión Europea (39,3%). La cantidad resulta más alarmante todavía si se compara con el 30% que destinan las empresas británicas o el 43,6% que afrontan las estadounidenses. Aunque, eso sí, se queda por debajo del 60,5% francés, del 49% alemán o del 53,3% italiano.
En el caso nacional, de los 47 puntos, 35,7 se deben al pago de las cotizaciones sociales, 10,6 puntos al Impuesto de Sociedades y el restante a otros tributos. En el apartado de las cotizaciones a la Seguridad Social, España está diez puntos por encima de la media de la Unión Europa y doce por encima del conjunto de la OCDE.
Por si esto fuera poco, el estudio también rebela que la contribución total de las empresas españolas al pago de cotizaciones para sus empleados se encuentra en el nivel más alto desde 2007. Mientras, la parte destinada al pago de Sociedades se mantiene en niveles muy por debajo de los registrados en 2013 -21,7% del total de la contribución fiscal de las empresas, frente al 10,6% actual-.
"Las empresas soportan una fiscalidad muy elevada, en perjuicio de su competitividad. Nos parece relevante resaltar que mientras la presión fiscal en España se mantiene, según datos de la OCDE, muy cerca de la media de estos países, la fiscalidad empresarial es más elevada y sería oportuno reconducir el actual balance entre empresas y familias y entre fiscalidad directa, incluidas cotizaciones, e indirecta", explica Alberto Monreal, socio de PwC Tax and Legal Services.