En poco más de medio año, el gobierno de Pedro Sánchez ha conseguido que el saldo fiscal del Reino de España se deteriore de forma significativa. El aumento del gasto del Ejecutivo central y la laxitud del gobierno de la nación a la hora de supervisar las cuentas de las Administraciones han terminado elevando el déficit público de forma alarmante.
El servicio de estudios de BBVA advierte en su último Observatorio Fiscal que "las medidas expansivas de gasto de 2018 deterioran el saldo estructural primario y llevan al incumplimiento del objetivo de estabilidad (…). Si no hay cambios en la política fiscal, el déficit no bajará del 2% del PIB en 2019 y 2020. El panorama de los dos próximos años estará marcado por la incertidumbre".
Es significativo que esto esté ocurriendo en un contexto de crecimiento económico que permite aumentar los ingresos fiscales sin necesidad de subir los impuestos. De acuerdo con el Observatorio Fiscal de la entidad financiera, en 2018 se esperaba un repunte recaudatorio del 5,6%, pero el incremento final estará en niveles cercanos al 7,5%, sobre todo gracias al aumento de los caudales obtenidos con el IRPF y el Impuesto de Sociedades.
Sin embargo, el gasto público crece por encima de lo previsto, en niveles que rondan el 4,2%. Según recuerda BBVA, el grueso del aumento se debe a un mayor consumo público y unos mayores desembolsos en materia de prestaciones sociales, así como a las subidas practicadas en los salarios de los empleados del Estado y en las pensiones de los jubilados. También hay un crecimiento muy fuerte en la inversión pública, que de enero a noviembre de 2018 aumentó un 14,1%.
Así las cosas, los números para enero-noviembre anticipan que el déficit será del 2,2% del PIB, lo que supone un deterioro de cuatro décimas en el saldo estructural primario. Y todo a pesar de que los ingresos públicos han aumentado del 37,9% al 38,9% del PIB entre los años 2017 y 2018. Dicho aumento no compensa la subida del gasto, que ya ronda el 42% del PIB.
"De cumplirse el escenario de BBVA Research, será necesario un ajuste de 2,2 puntos porcentuales del PIB a lo largo del bienio 2019-2020 para llegar a los objetivos exigidos por la Comisión Europea", zanja el informe del servicio de estudios de la entidad bancaria.
En 2020, cuatro veces más déficit de lo esperado
En 2019, el objetivo de déficit es del 1,3% del PIB, pero BBVA espera un descuadre del 2%. Para 2020, la brecha fijada por Bruselas es del 0,5% del PIB, pero el Observatorio Fiscal opina que nos iremos al 2%, cuatro veces más de lo planteado. El agujero acumulado para ambos años debería ser del 1,8% del PIB, pero va a alcanzar el 4%, duplicando las metas pactadas con nuestros socios europeos.