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Mala combinación: los sueldos subieron un 4,7% en 2018 con la productividad a la baja

O la productividad sube para justificar las alzas salariales o la remuneración de los trabajadores se terminará resintiendo.

O la productividad sube para justificar las alzas salariales o la remuneración de los trabajadores se terminará resintiendo.

El servicio de estudios BBVA, el think tank Fedea y la Fundación Rafael del Pino han presentado esta semana su II Observatorio sobre el Ciclo Económico en España. Esta publicación pretende medir la evolución del crecimiento con ánimo de identificar posibles mejoras o deterioros que anticipen una aceleración o una desaceleración de la actividad.

De entrada, el documento subraya que el PIB per cápita correspondiente a las personas en edad de trabajar ha crecido en 2018 mucho menos que en 2017, hasta el punto de que en el último trimestre se daba un repunte muy bajo, de apenas un 0,6%. Según los expertos del Observatorio, los factores de oferta que han empujado la recuperación económica desde 2014 se han ido agotando durante el último curso, hasta el punto de que su aportación al crecimiento ya es neutra.

Enfriamiento del empleo

El segundo aspecto que destaca el Observatorio está relacionado con el vínculo entre vacantes y desempleo. Dicha ratio cerró 2018 ligeramente por encima del promedio observado entre 1994 y 2007. Esto sugiere que la economía está cerca de llegar a una situación cíclica neutral, de modo que el crecimiento extraordinario de 2014-2018 se estaría agotando y la creación de empleo se empezaría a resentir notablemente a partir de 2019. Esta constatación analítica aporta más argumentos a quienes denuncian que el mercado de trabajo se está enfriando como consecuencia de las medidas tomadas por el gobierno de Pedro Sánchez.

Igualmente preocupante es lo que está pasando con la productividad. En 2018, dicho indicador ajustado por hora de trabajo fue un 0,9% menor que el promedio histórico. Frente a dicho deterioro, sube la la población en edad de trabajar que está ocupada a tiempo completo (este indicador pasa del 46,8% al 47,6%) y también aumenta la participación de los sueldos en la renta nacional (ronda el 66%). De hecho, los salarios han subido un 4,7% frente a un crecimiento nominal del PIB del 3,2%. A medio y largo plazo, no parece sostenible la consolidación de un modelo así, de modo que, o la productividad sube para justificar las alzas salariales o la remuneración de los trabajadores se terminará resintiendo.

Deterioro de las exportaciones

La tercera palanca de crecimiento que analiza el documento es el sector exterior. Según recuerda el Observatorio, "la recuperación económica en España se ha caracterizado por un aumento del peso de las exportaciones sobre el PIB nominal de casi diez puntos porcentuales respecto a los niveles previos a la crisis". La mejora de la competitividad también ha ayudado a que bajen las importaciones, reduciendo el déficit exterior.

Sin embargo, el informe apunta que, a lo largo de 2018, se ha materializado una fuerte reducción del crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios, que han aumentado sus cifras a niveles inferiores al PIB real. Esto sería consecuencia de la desaceleración del comercio mundial, pero también de la perdida de dinamismo de los factores de oferta que venían apuntalando la recuperación.

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