Hace algo más de dos años, en noviembre de 2016, se descubrió el mayor yacimiento de petróleo en Estados Unidos. Este hallazgo no era el primero que se descubría en la Cuenca Pérmica texana, pero sí el más importante. Desde entonces, la situación económica de la zona, junto con la técnica del fracking, han cambiado notablemente la economía de la región.
El boom petrolífero de Estados Unidos es innegable. Tanto es así que los expertos aseguran que en el año 2025 será el mayor productor mundial de crudo en todo el mundo. Esto implicaría que el país norteamericano superaría a potencias como Arabia Saudí o Rusia. A día de hoy, se producen 4 millones de barriles por día.
En el corazón de Midland-Odessa, entre El Paso y Fort Worth, se ha experimentado un espectacular crecimiento económico y también demográfico. Tal y como señala The Wall Street Journal, el desempleo de la zona es del 2,3%, un "paro estructural", como suele llamarse. Esto se une, como es lógico, a un considerable aumento de los salarios.
Rebeca Elliott explica que cualquier servicio cuesta ahora mucho más dinero que hace solo dos años, debido a que los empleados de los pozos petrolíferos están ganando altos salarios. Sin ir más lejos un peluquero de la zona de apellido McGarity afirma ganar entre 130.000 y 180.000 dólares al año.
Esta peluquería tiene como peculiaridad estar montada en un trailer de un viejo camión y situada en un parking próximo a estos pozos petrolíferos. Allí, un corte de pelo normal cuesta 40 dólares, el doble que hace dos años. Pero eso no es todo, ya que la peluquería tiene una lista de espera bastante larga que, para poder sortearla, hay que pagar otros 60 dólares. Es decir, 100 dólares por un corte de pelo.
El sector de la hostelería también está viviendo un gran boom. Los bares y restaurantes se han duplicado y tienen colas durante todo el día. "Lo vendemos todo todos los días y casi no vemos a los locales porque el campo petrolífero viene y lo compra todo", explica el propietario de un restaurante. "Los lugareños me dicen 'ni siquiera intentaré ir a tu casa' y solo les puedo decir que 'lo siento'".
Este boom tiene una parte mala, y es que es difícil encontrar trabajadores para otros puestos como el de profesor. Un profesor gana la mitad que cualquier operario petrolífero. A esto habría que sumarle el importante aumento de los precios de los alquileres, que para un profesor se vuelve inasumible. Por eso, muchos ayuntamientos se han visto obligados a construir casas para el profesorado. Lo mismo ocurre para cualquier otro puesto de trabajo como el de dependiente, camarero o trabajadores de hotel.