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El balón de oxígeno del BCE a la banca: estudia suavizar la penalización de los depósitos

Los técnicos del BCE estarían estudiando opciones para la introducción de varios tramos en la facilidad de depósito.

Los técnicos del BCE estarían estudiando opciones para la introducción de varios tramos en la facilidad de depósito.
El presidente del Banco Central Europeo | Efe

El Banco Central Europeo (BCE) cuenta con los instrumentos necesarios para cumplir su mandato y está dispuesto a adoptar las decisiones necesarias y proporcionadas para ello, según ha señalado el presidente de la entidad, Mario Draghi, quien ha abierto la puerta a la adopción de medidas que contribuyan a mitigar los potenciales efectos adversos de los tipos de interés negativos en la transmisión de la política monetaria.

"No nos faltan instrumentos para cumplir nuestro mandato", ha asegurado el banquero italiano durante su intervención en una conferencia en Fráncfort, donde ha reiterado que el BCE ajustará la orientación a largo plazo de los tipos de interés en función de las nuevas perspectivas de inflación.

En este sentido, Draghi expresó la disposición del BCE para actuar si las perspectivas a medio plazo continúan deteriorándose de forma significativa, añadiendo que, en tal caso, la entidad adoptará todas las decisiones de política monetaria que sean "necesarias y proporcionadas" al logro de su objetivo.

Por otro lado, en relación a las dificultades que atraviesa el sector bancario, Draghi ha abierto la puerta a la posibilidad de introducir medidas que contribuyan a preservar los efectos positivos para la economía de los tipos negativos a la vez que mitigan sus efectos secundarios.

"De ser necesario, debemos reflexionar sobre las posibles medidas que pueden preservar las implicaciones favorables de las tasas negativas para la economía, al tiempo que mitigan los efectos secundarios, si los hay", ha apuntado el banquero italiano, reiterando que la baja rentabilidad de los bancos no es una consecuencia inevitable de las tasas negativas.

No obstante, el representante de Luxemburgo en el directorio del BCE, Yves Mersh, ha defendido la importancia de que los efectos secundarios de las medidas extraordinarias del BCE no tengan un impacto "desproporcionado" respecto del objetivo primordial de las mismas, la estabilidad de precios, por lo que la institución está permanentemente alerta para preservar el equilibrio entre costes y beneficios de su intervención.

Balón de oxígeno a la banca

"Seguimos evaluando el impacto de nuestras medidas, y de los tipos negativos en particular, en áreas como la rentabilidad de los bancos, considerando si la combinación de medidas sigue siendo adecuada y proporcionada", ha añadido.

El BCE fijó una rentabilidad negativa para su facilidad de depósito en junio de 2014, que fue agravando hasta el -0,40% aplicado actualmente a la liquidez aparcada diariamente en la entidad por los bancos de la eurozona.

Fuentes próximas a las conversaciones consultadas por Reuters indicaron que los técnicos del BCE estarían estudiando opciones para la introducción de varios tramos en la facilidad de depósito, suavizando así el coste que le supone a la banca de tener su dinero en el BCE, el conocido exceso de liquidez.

La introducción de un mecanismo semejante en la facilidad de depósito representaría un sustancial cambio de postura del BCE, revelando la mayor preocupación de la entidad por el impacto sobre los bancos de los tipos negativos, ya que en marzo de 2016 Mario Draghi explicó que la entidad lo había desechado por su complejidad, así como el efecto señalizador de que los tipos de interés se mantendrán bajos durante un periodo prolongado.

El exceso de liquidez de la banca europea supera los 1,9 billones de euros, incluyendo 616.261 millones acumulados en la facilidad de depósito, lo que representa un coste anual para los bancos de la zona euro de casi 8.000 millones de euros.

Según cálculos del Departamento de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, las entidades españolas asumieron hasta junio de 2018 un coste anual directo de 391 millones en relación a los tipos de interés negativos de la tasa de depósito del BCE, cifra por debajo de los 2.484 millones soportados por las entidades alemanas y los 1.606 millones de los bancos franceses, pero por encima de los 281 millones estimados para los italianos.

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