Desde que llegó a la Moncloa en junio de 2018, Pedro Sánchez ha impulsado distintas medidas orientadas a disparar el gasto público. En consecuencia, desde que el PSOE que llegó al poder en junio de 2018, el incremento del endeudamiento público por habitante ha sido cercano a los 460 euros.
Todo este se traduce en una situación de inestabilidad fiscal muy preocupante. No en vano, España registró en 2018 un déficit público del 2,6% del PIB, lo que supone un desfase negativo entre ingresos y gastos de 31.805 millones de euros, de acuerdo con el último boletín de crecimiento del Instituto Nacional de Estadística.
A comienzos del pasado año, la previsión de déficit comunicada por el gobierno de Mariano Rajoy a los técnicos de la Comisión Europea ascendía al 2,2% del PIB. Por lo tanto, el desfase adicional de 0,4 puntos del PIB que constató el INE implica un incremento de la brecha entre ingresos y gastos de 4.832 millones de euros.
Acusado incumplimiento en 2019
Mirando el saldo esperado para el presente curso 2019, la previsión de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal apunta un déficit mucho mayor de lo esperado por Bruselas, puesto que la Comisión Europea cuenta con un descuadre del 1,3% del PIB pero el organismo que dirige José Luis Escrivá tiene claro que el desvío llegará al 2,1%.
Ese diferencial de 0,8 puntos del PIB acarrea 9.859 millones de euros de déficit extra. Dicha estimación parte de que la economía crecerá un 2,2%, en línea con el Cuadro Macroeconómico del gobierno, si bien hay señales que apuntan una posible desaceleración, lo que se traduciría en un agujero fiscal aún más importante.
Si sumamos los incumplimientos de 2018 y 2019, encontramos que la era Sánchez se ha traducido ya en un deterioro fiscal de 14.691 millones de euros. Esta cifra supone 783 euros por hogar.