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PSOE y Podemos amenazan con hundir la competitividad fiscal de España

España ocupa el puesto 27 de 35 en cuanto a competitividad fiscal, pero los planes de PSOE y Podemos podrían hundir aún más esta posición.

España ocupa el puesto 27 de 35 en cuanto a competitividad fiscal, pero los planes de PSOE y Podemos podrían hundir aún más esta posición.

Es ampliamente sabido que los impuestos distorsionan el crecimiento de la economía, por tanto tener unos impuestos bajos y bien estructurados puede ser uno de los factores que permita fomentar incrementos mayores del PIB de los países. Por este motivo, la Tax Foundation presentó su Índice de Competitividad Fiscal Internacional 2018, en el que se analiza por un lado el Código Fiscal Competitivo -que se podría resumir en bajas tasas impositivas marginales- y por otro la Neutralidad -esto es, buscar la máxima recaudación, pero estructurando los impuestos de tal manera que distorsionen lo mínimo-. Por ejemplo, tener unos elevados impuestos sobre el capital, que según varios estudios es el impuesto más distorsionante, tendría un efecto negativo sobre este último índice.

De los 35 países desarrollados pertenecientes a la OCDE, la región que sale mejor parada en este sentido es Estonia, seguido de Lituania, Nueva Zelanda, Luxemburgo y Países Bajos. En el otro extremo se encuentran los países con un sistema fiscal menos competitivo. En este sentido, Francia se lleva la palma, justo por delante de Italia o Polonia. España tampoco queda muy bien parada al situarse en el puesto 27 de 35 (además, la tendencia parece ser ligeramente negativa, cada vez nos situamos más alejados de las primeras posiciones, ya que en 2016 España se encontraba en la posición 25).

Los motivos que llevan a España a situarse en la cola de la competencia fiscal son, por un lado, los impuestos a la propiedad, así como los impuestos sobre las empresas. En el primero, España se sitúa en el puesto 31 de 35, muy lejos de los países del Este, que copan las primeras posiciones, y muy cerca de Francia, que, otra vez, es el país peor parado.

En el segundo, en los impuestos sobre las empresas, se encuentra situado en el puesto 26 de 35. Donde España se sitúa más cerca de los países con mayor competencia fiscal es para el impuesto sobre el consumo, situándose en el puesto 15 de 35. Por tanto, la falta de competitividad fiscal que se observa en España se debe a tener elevados tipos en dos conjuntos de impuestos considerados entre los más distorsionantes.

Podemos y PSOE van en la dirección opuesta

Esta información choca con algunas medidas propuestas por los partidos de izquierda, que, de llevarse a cabo, nos alejarían aun más de las primeras posiciones en competitividad fiscal. El PSOE, en su afán por acercar la fiscalidad española a la europea, propone incrementar los impuestos sobre el capital, los impuestos a las grandes empresas e implantar la tasa Google y la tasa Tobin. Todos ellos, impuestos que podrían perjudicar aún más la ya mermada competitividad fiscal española.

Por otro, las propuestas económicas de Podemos incluyen subir el impuesto de Sociedades, poner un mínimo estatal en el impuesto de donaciones y sucesiones o crear un impuesto sobre las grandes fortunas, entre otros. Por tanto, se están proponiendo incrementar impuestos ya elevados y situados entre los más distorsionantes.

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