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El Gobierno socialista de Portugal se niega a aumentar el gasto y amenaza con dimitir

El gobierno de António Costa adelantará las elecciones si se aprueba la subida retroactiva de sueldos a los profesores de la enseñanza pública.

El gobierno de António Costa adelantará las elecciones si se aprueba la subida retroactiva de sueldos a los profesores de la enseñanza pública.

Solo faltan tres semanas para las elecciones europeas, pero en Portugal las miradas están puestas en las generales, que tendrán lugar el próximo mes de octubre. La mayoría de los sondeos colocan al Partido Socialista de António Costa en una cómoda primera posición, pero tanto la izquierda radical como los tres partidos del centro-derecha están haciendo todo lo posible para recortar distancias.

El primer cuatrimestre de 2019 ha estado marcado por los escándalos de nepotismo que han salpicado al Partido Socialista luso. Y es que, de acuerdo con las informaciones publicadas por la prensa y aireadas por la oposición, el número de familiares enchufados por el gobierno de Costa llega ya a los cuarenta y tres. El escándalo político se ha cobrado algunas dimisiones, pero no ha tumbado al gabinete como esperaban sus mayores detractores.

Ahora, el terreno de juego está en la educación, donde los profesores de las escuelas públicas reivindican una subida salarial basada en descongelar sus primas por antigüedad. Dicha prima fue suspendida hace casi una década, cuando Portugal se vio obligado a pedir un "rescate" a los socios europeos para evitar su bancarrota.

En el Parlamento, las fuerzas de izquierda radical y de centro-derecha se han puesto de acuerdo para reivindicar esta subida. La pinza entre ambos espectros contribuyó a que la Comisión de Educación y Ciencia de la Asamblea de Portugal aprobase la recuperación de estas remuneraciones. Sin embargo, el gobierno socialista se ha cerrado en banda.

El ministerio de Finanzas, que dirige Mário Centeno, ha explicado que la subida salarial tendría un coste de 800 millones de euros, un desembolso imprevisto que descarrilaría el objetivo de lograr un superávit presupuestario durante el segundo semestre del presente curso. Ante esta negativa, los profesores han salido a las calles, no sin la oposición del mismo primer ministro, que ha denunciado el "chantaje" de los sindicatos que mueven las protestas.

Se calcula que descongelar estas remuneraciones beneficiaría a 22.000 profesores. Siendo el coste de 800 millones, hablamos de un monto muy pronunciado, de hasta 36.000 euros por docente. Por este motivo, no faltan voces en el centro-derecha que denuncian la postura adoptada por sus principales fuerzas políticas, el PSD y el CDS-PP, al considerar que esta reivindicación es incompatible con la defensa de la "austeridad" que siempre enarboló el ex primer ministro conservador, Pedro Passos Coelho.

Costa ha señalado que "aceptar esta subida del gasto compromete nuestra credibilidad en los mercados internacionales" y también ha denunciado que ceder en este pulso "obligaría al gobierno a conceder subidas similares que reivindican otros colectivos de empleados públicos". De hecho, el primer ministro ha anunciado que su gobierno dimitirá y adelantará las elecciones si finalmente se aprueba la subida, que debe ser ratificada en la Asamblea el próximo 15 de mayo.

En el bloque de centro-derecha se han producido ya las primeras fisuras. El PSD, fuerza mayoritaria de dicho espectro político, mantiene su apoyo a la reivindicación de los maestros. Sin embargo, el CDS-PP, su tradicional socio, ha señalado que solo apoyará la subida salarial "si se asegura la estabilidad financiera y se renegocian también otras condiciones relacionadas con los sueldos de los profesores, sus pensiones de jubilación, etc.".

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