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Monsanto, ¿la tumba de Bayer?

Un jurado popular condena a Monsanto a pagar 2.000 millones a una pareja en EEUU tras usar su herbicida. Hay miles de demandas similares.

Un jurado popular condena a Monsanto a pagar 2.000 millones a una pareja en EEUU tras usar su herbicida. Hay miles de demandas similares.

Un jurado popular de Oakland, en California, ha condenado a Monsanto a pagar 2.000 millones de dólares a una pareja de ancianos al considerar que un herbicida a base de glifosato les causó cáncer. Este es ya el tercer fallo contra la empresa por esta misma cuestión. La justicia ha considerado que el herbicida Roundup fue un "factor sustancial" en la aparición de linfomas no hodgkinianos que desarrollaron el matrimonio formado por Alva y Alberta Pilliod.

La tumba de Bayer

Bayer compró Monsanto por 63.000 millones de dólares el pasado mes de junio de 2018. Desde aquel momento, la justicia no ha dejado de resolver demandas en contra de la compañía americana, ahora en manos del grupo alemán. Hasta ahora, Monsanto ha tenido que pagar más de 100 millones de dólares a dos demandantes. Pero, lo peor podría estar por llegar, ya que la empresa dedicada al cultivo de semillas y productos químicos se enfrenta a 13.000 demandas similares.

Unas demandas que podrían acabar con la producción de glifosato, un material del que Bayer produce 1.135 millones de litros al año, lo que supone abastecer la demanda de la mitad del mercado. En concreto, la producción tiene un valor de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares.

El glifosato "permitió la adopción de prácticas de cultivo sin labranza, lo que tiene muchos aspectos ambientales positivos. Pero también se convirtió en algo en lo que confiaron los productores", asegura Greg Elmore, líder de protección de cultivos en Norteamérica de Bayer. A principios de la década pasada, muchos agricultores estadounidenses dependían casi por completo del glifosato para proteger los cultivos de maíz y soja.

Aunque en el año 2018 Bayer facturó 39.600 millones de euros, su resultado neto está teniendo problemas debido a las querellas contra Monsanto. A finales del mes de abril, las acciones de Bayer habían perdido un 36% en un año, pero parece que la depreciación no ha terminado, ni mucho menos.

En Alemania, la prensa no para de hablar de Bayer y del futuro de la empresa. Además, su CEO, Werner Baumann, tiene dificultades para tranquilizar a los inversores. Por si fuera poco, la contaminación que la empresa genera en la fábrica cercana a Colonia es otro foco de debate en el país germano.

El valor bursátil de Bayer se ha quedado en unos 57.000 millones de euros, mientras que la compra de Monsanto ha costado ya 63.000 millones de dólares, de ahí que se haya empezado a especular sobre la posibilidad de que Bayer tenga que deshacerse de algunos activos importantes para seguir manteniéndose a flote.

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