Las colillas de cigarros fueron catalogadas como uno de los peores contaminantes para los océanos. De hecho, en un informe de NBC News se concretó que eran el "mayor contaminador creado por el hombre". Estas informaciones provocaron que se lanzase la campaña Cigarette Butt Pollution Project, que pedía la prohibición de las colillas porque llevaban acetato de celulosa, un tipo de plástico que tarda más de una década en descomponerse.
La nueva vida de las colillas
Pero un estudio de la Universidad de Extremadura afirma que estas colillas de tabaco pueden reconvertirse en absorbente acústico. Los investigadores llevaban varios años estudiando una fórmula para dar una nueva vida a las colillas de los cigarros y, finalmente, la han encontrado dándole un uso como aislante de ruido y sonidos.
De hecho, el director de la investigación, Valentín Gómez Escobar, del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Extremadura presentará algunos de los avances logrados sobre el reciclaje de filtros usados de cigarrillos como materiales acústicos en el congreso internacional World Congress on Recycling (WCR 2019), que se celebra en Valencia.
La investigación ha servido para que la compañía Altadis firme un acuerdo con Fortuna y Ducados con el fin de comenzar a reciclar estas colillas de tabaco. La empresa quiere reducir la contaminación y reutilizar estos materiales. Para ello, tratará de fomentar que los fumadores depositen las colillas en lugares específicos en lugar de dejarlos tirados en el suelo.
El resultado obtenido por los investigadores muestra que las absorciones de ruido son muy elevadas y se pueden comparar con las de otros materiales que a menudo se emplean para el mismo fin. Por ejemplo, este acetato de celulosa absorbe un nivel de ruido similar a la lana de roca o a la fibra de vidrio. Por ello, las colillas podrían utilizarse para acondicionar locales donde se quiera potenciar el sonido o para otras construcciones.