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El golpe de los 'presupuestos del cambio' a la izquierda andaluza

El nuevo gobierno dedica en sus presupuestos mucho más dinero a sanidad y educación que el PSOE.

La desorientación de la izquierda andaluza es notable y creciente: no tener el poder descoloca, y mucho. Pero, además, hay motivos principales que son orgánicos. El PSOE andaluz está pendiente de comprobar si la paz entre Susana Díaz y Pedro Sánchez es real o si es solo una apariencia de concordia que esconde una operación de ocupación de poder institucional en las diputaciones con el fin de defenestrar a la trianera en un futuro mediato.

Por su parte, Podemos, versión Adelante Andalucía, la confluencia con Izquierda Unida, persiste en su enfrentamiento con el deteriorado Pablo Iglesias, pero más crecido, lo que augura una colisión próxima y tal vez la opción para un nuevo andalucismo izquierdista lejano de la disciplina del aparato.

De hecho, no solo ha logrado mantener la alcaldía de Cádiz para José María González, más conocido como Kichi, sino que sus resultados en Andalucía han sido bastante mejores que los de Podemos a nivel nacional: 17 escaños autonómicos y primera fuerza municipal en 64 municipios, además de contar con el único senador y mantener los 9 diputados en el Congreso.

En este marco, llega el gobierno del cambio y lanza sus primeros presupuestos, en un momento en el que se resuelve si el tripartito acuerda o no gobernar en cinco capitales de provincia y, al menos, dos diputaciones. Para las izquierdas, siempre excelsas mencionadoras de la palabra "social", que las primeras cuentas del "trifachito" -versión Susana Díaz- o la extrema derecha sin más matices -versión podemita- dediquen mucho más dinero a la sanidad y la educación que el PSOE, ha sido un mazazo para su propaganda habitual.

Para ser concretos, aportan nada menos que 758 millones más para sanidad, lo que supone un incremento del 8%, y 256 millones más para educación, un 3,5% más. También aumentan las partidas en un 5% para conciliación, igualdad y familia y 47 millones más para dependencia. El primer proyecto de presupuestos de la nueva Junta de Andalucía distribuye 36.495,5 millones de euros, es decir, es un 5% más alto que el anterior, con una previsión de crecimiento del 2,1% y una creación de 60.000 empleos –una cifra mucho más modesta que la prometida por Juan Manuel Moreno durante la campaña electoral: 600.000 empleos en cuatro años–.

La izquierda, desconcertada, solo ha atinado a denunciar que la partida destinada al empleo ha descendido poco menos de 200 millones de euros. Pero ahí ha encontrado una respuesta muy acerada por parte del nuevo gobierno andaluz. Según San Telmo, la bajada es aparente porque Susana Díaz presupuestaba alto, pero no ejecutaba. Dicho de otro modo, aunque el presupuesto para Empleo baja a 1.053 millones, un 15,3% menos, la realidad es que esa cantidad es el doble de lo que Susana Díaz ejecutó realmente en 2018.

Por si fuera poco, no toca los 4,2 millones para protección contra la violencia de género en Justicia, sino que sube a 43,3 millones las acciones para la igualdad y promoción de las mujeres y reduce, pero solo un poco, 119.000 euros para Memoria Democrática (o Histórica, según se la conoce habitualmente). De igual manera, los 1,6 millones de euros que se van a destinar a este asunto significan un millón más de lo que el gobierno socialista ejecutó en 2018.

En el caso de Podemos, es más difícil de criticar que la provincia de Cádiz, donde tiene importante presencia este partido, sea la que más dinero recibe de manera específica y territorializada, algo que se negaba a confeccionar el anterior gobierno socialista. 142 millones de euros se van a destinar para reactivar la modernización de las zonas más deprimidas que se contemplaba en el Fondo Territorial Integrada, cuyo dinero tampoco ejecutaba el gobierno de Susana Díaz y, en total, obtiene nada menos que 212,28 millones de euros, casi 63 millones más que Málaga, la provincia de origen del presidente y su consejero de Presidencia.

Menos presupuestar y más ejecutar

El nuevo consejero de Hacienda, Juan Bravo, de la órbita del PP, ha demostrado que es capaz de hacer encaje de bolillos y además, hacerlo inteligentemente. De hecho, ha convertido lo realmente ejecutado por el gobierno de Susana Diaz en la principal crítica al anterior gobierno socialista. Tradicionalmente, en los debates presupuestarios se comparan las cifras de un año con las cifras propuestas para el siguiente. Pero, esta vez, la película ha cambiado de guión: ¿de qué sirve consignar una cantidad de dinero para sanidad en unos presupuestos si luego únicamente se ejecuta un bajo porcentaje, siendo el resto desviado hacia otros menesteres o perdido?

Empleo es el mejor ejemplo, pero no el único. De los 1.243 millones destinados a Empleo por Susana Díaz en 2018, solo se efectuaron realmente 559, menos de la mitad. Algo parecido ocurrió en Memoria Democrática, donde se ejecutó asimismo menos de la mitad. ¿Qué ocurría? Se derivaba el dinero al capítulo de personal. O sea, en la propaganda se habla de unos presupuestos sociales, pero en la práctica de su ejecución no lo eran.

El enigma de la "administración paralela"

Tras estar durante años criticando el hecho contundente de la presencia de una administración paralela al margen del Derecho Administrativo -algo que IU también denunció en su etapa regeneradora y ahí están en el Diario de Sesiones del Parlamento andaluz las intervenciones de Concha Caballero para recordarlo-, el nuevo gobierno no aclara cuál va a ser el futuro. Es más, los números de su presupuesto parecen apuntalar entes, agencias y demás entidades que conforman el conglomerado externo de la Administración andaluza.

Este cinturón de empresas y organismos logran de los nuevos presupuestos 165 millones más. Esto significa, en general, que eso de adelgazar, poner a régimen o reducir esta "grasa" política nada. Tampoco se reducen las subvenciones, que también se prometió, aunque se controla más su destino y ajuste a los fines. Aunque ello significa un desaire a los votantes del nuevo gobierno, lo cierto es que deja sin argumentos a quienes profetizaron una hecatombe de despidos y una cascada de inestabilidades. Esto es, las cuentas del nuevo gobierno añaden desorientación a las dos fuerzas decisivas de la izquierda, PSOE y Podemos+IU.

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