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El absentismo laboral marca nuevo récord y ya cuesta 5.400 millones de euros al año

España perdió más de 100 millones de horas de trabajo al mes el pasado año.

España perdió más de 100 millones de horas de trabajo al mes el pasado año.
Un trabajador | Pixabay/CC/Life-Of-Pix

El absentismo laboral hace referencia a las horas no trabajadas por un trabajador, descontando de ellas las vacaciones, los días festivos, etc. Según el último informe de Adecco, la tasa de absentismo ha tocado un nuevo máximo histórico en España. al situarse en el 5,3% en 2018, tres décimas más que en 2017. En el estudio, se puede observar la evolución que ha tenido el absentismo laboral en los últimos años. Desde el 2000 al 2007 pasó de estar en el 3,7% al 4,95%; de 2008 a 2011 se estabilizó entorno al 4,7%; y de 2012 a 2013 se redujo hasta el 4,1%. Entre 2014 y 2017, sin embargo, volvió a subir y se colocó en el 5%. Ahora, supera esa barrera y anota máximo histórico desde que se tienen datos.

Como es lógico, este fenómeno causa un fuerte daño económico a las empresas. En España, se perdieron cada mes más de 100 millones de horas de trabajo el pasado año. Traducido a valor económico, la pérdida total de horas llegó a casi 1.350 millones, frente a poco más de 1.250 millones en 2017. Pero es que, en total, esta práctica ha supuesto un coste directo de 5.400 millones de euros, por lo que se puede decir que el absentismo tiene un coste de 344 euros al año por cada empleado.

Este nivel de absentismo equivale a que hubo 753.000 asalariados que no trabajaron en todo el año. Las horas no trabajadas por absentismo parecen seguir un patrón estrechamente ligado al nivel de actividad económica, alcanzando en 2018 la cifra más alta desde 2009: 87 horas anuales por trabajador.

El fenómeno se ha dado casi por igual en todas las comunidades autónomas, ya que quince de las diecisiete aumentaron su tasa de absentismo laboral. Solamente Cantabria y Cataluña han reducido su tasa. País Vasco (7,9%), Navarra (6,9%), Castilla y León, Asturias (6,3% en ambos casos) y Aragón (6,1%) son las cinco comunidades autónomas en las que más del 6% de las horas pactadas efectivas se pierden por razones de absentismo. Sólo en dos regiones la proporción de horas pactadas efectivas que se pierden por absentismo es inferior al 4%: Baleares (2,6%) y Andalucía (3,9%).

Por sectores, la industria presenta la tasa más elevada y la construcción la más baja. El sector industrial cuenta con una tasa del 5,6%, mientras que la construcción se coloca con un 3,6%. El sector servicios también se sitúa por encima de la media, con el 5,4%, aunque ya no es el sector con mayor tasa de absentismo como sí lo fue el pasado año.

Bajas laborales en alza

En cuanto a las bajas laborales por incapacidad temporal, aumentaron un 12,7% respecto a 2017, llegando a superar los 5,2 millones de procesos. En función del género, las mujeres registran un mayor índice de bajas de más de 90 días que los hombres (3,99 frente a 2,42); suponiendo en el cómputo total de absentismo registrado el pasado año 630,39 días en el caso de hombres y 1.080,19 en mujeres.

La mayor parte de los procesos de bajas por contingencia común tuvieron una duración de hasta 15 días (68,51%) y representan el 8% del total de días de baja. Sólo el 10% se alargó más de 90, suponiendo el 69% del total de días. No obstante, se registra una tendencia al incremento de la media de bajas de larga duración, que registraron el pasado año 275,18 días de duración media; concretamente, 281,59 en el caso de los hombres y 270,72 en mujeres. Al comparar esta cifra con la media de bajas de larga duración en 2009, se observa una variación al alza de 19,8%.

Se dispara el coste

En cuanto al coste de absentismo por Incapacidad Temporal por Contingencias Comunes (ITCC), el gasto en prestaciones económicas por ITCC, a cargo de las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social y de las entidades gestoras de la Seguridad Social, ascendió a 7.498,54 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 12,89% respecto a 2017. El coste directo para las empresas fue de 6.900,48 millones de euros, mientras que el coste de oportunidad, en términos de la producción de bienes y servicios que se dejaron de producir por ese absentismo, ascendió a 70.741,40 millones de euros.

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