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Una anciana al borde del infarto cuando okupan su casa y "no los pueden echar"

Cuando el matrimonio llegó a su domicilio encontró sus muebles en los contenedores de basura y la cerradura cambiada.

Cuando el matrimonio llegó a su domicilio encontró sus muebles en los contenedores de basura y la cerradura cambiada.
Puerta rota por los okupas de la entrada del bloque del matrimonio afectado | Libertad Digital

Ya habían intentado entrar en su vivienda en otras ocasiones, hasta que lo consiguieron. Un hombre y una mujer empezaron a sacar los muebles de la casa de los padres de José Luis. Por la puerta del bloque desfilaban la cama, mesitas de noche, mesas, muebles de salón destrozados junto con cuadros que fueron arrancados de cuajo.

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Destrozos de los okupas

El matrimonio propietario fue avisado por los vecinos e inmediatamente alertaron a la policía, pero nada pudieron hacer. El hijo de la pareja octogenaria transmite su desazón a Libre Mercado. "Cuando llegó la policía, el okupa alegó que había pagado alrededor de 700 euros y que aquello era su casa. Sólo habían pasado dos horas desde que rompieron la cerradura y no pudieron echarlos", describe José Luis.

Al parecer, la pareja que asaltó el inmueble se identificó "como okupa" y, en ese momento, "ganaron la inmunidad a efectos legales". José Luis critica duramente que no pudieran desalojar a los okupantes al instante. El código legislativo vigente contempla que todos los okupas que sean detectados antes de 48 horas invadiendo una propiedad podrán ser desalojados sin necesidad de orden judicial. El problema que plantea la normativa actual es que si el okupa declara que lleva más de dos días la policía no puede proceder a la detención.

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Los okupas tiraron a la basura los muebles de los propietarios

La cuestión es: ¿cómo se demuestra que los okupas llevan menos de 48 horas dentro del inmueble? Las pruebas serán siempre testimoniales pero, tal y como indica José Luis, "en su caso no valió de nada". Según detalla a este diario el afectado, en un primero momento, los agentes creyeron que se trataba de unos ladrones. Tras tomarles declaración, éstos se identificaron como okupas y les explicaron que llevaban más de una semana en la vivienda. "Los agentes les aconsejaron que tuvieran cuidado con los muebles de mi madre y ya está. Ahí quedó todo. ¡Es alucinante! Pagar impuestos para esto. Pueden destrozarse la casa, robarte y ocuparla con todo el derecho del mundo".

Madre al borde del infarto

Los padres de José Luis decidieron cerrar el actual inmueble okupado por otra mala experiencia previa con antiguos inquilinos. "No les pagaban y como ya están mayores decidieron no volver a alquilar la vivienda. Les costó muchísimo desalojar a los inquilinos. Mis padres se dieron cuenta de que estaban desprotegidos legalmente. Y ahora, resulta que ha sido peor tenerla cerrada", señala.

El matrimonio prefiere mantenerse en el anonimato debido al sufrimiento y angustia que están padeciendo con la actual situación. "Mi madre no duerme. Tiene ansiedad y estuvo al borde del infarto. Le daban pinchazos por todo el cuerpo", comenta con tristeza José Luis.

De profesión okupa

La familia ya ha interpuesto la correspondiente denuncia ante la justicia. Mientras tanto la pareja recién instalada ha sido vista por la comunidad de vecinos comprando sprays y pintando los marcos de las ventanas con la mayor tranquilidad.

La desesperación ha llevado a las víctimas del asalto okupa a llamar una empresa de desokupación aunque sin resultados favorables. "Hemos contratado a Desokupa Legal. Nos pidieron 2.900 euros más IVA. Hemos entregado la mitad del dinero pero aún no sabemos nada. Esperamos que lo resuelvan".

Lo que sí ha admitido el propio okupa en una entrevista en TeleMadrid es que "viven así desde hace tiempo". De casa en casa y tiro porque me toca. La empresa Desokupa Legal habría informado a los ancianos de que ya habían desalojado a ese mismo okupa de otra casa. "Nos dijeron que ya los conocen y son profesionales de la okupación. Unos caraduras peligrosos", destaca José Luis.

La frustración y rabia que sienten estos propietarios aumenta cuando reciben noticias de la comunidad vecinal. "Han pinchado la luz. Los vecinos bajan y se la cortan pero ellos como represalias han roto la puerta del bloque. Están todos los cristales rotos en la entrada principal".

Por ahora, los okupas han anunciado que no se irán del inmueble hasta que "vengan con una orden judicial. Esta ahora es nuestro hogar", repiten.

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