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EEUU y China desatan un "tsunami": el mercado busca refugio en deuda, oro y bitcoin

La guerra comercial entre EEUU y China se está convirtiendo en una guerra monetaria. El miedo hace que los inversores busquen activos refugio.

La guerra comercial entre EEUU y China se está convirtiendo en una guerra monetaria. El miedo hace que los inversores busquen activos refugio.

"Todo apunta a que se acerca un tsunami". Esta es la advertencia que lanza el banco alemán Commerzbank tras la devaluación del yuan que protagonizó China el pasado lunes. Basta observar la fuerte caída que registraron las principales bolsas del planeta para medir el grado de miedo e incertidumbre que padece el mercado. Y, como resultado, el dinero huye hacia los tradicionales valores refugio, como es el caso de la deuda pública, el oro e incluso el bitcoin.

Tras meses de elevada tensión política, la guerra arancelaria que mantienen EEUU y China, las mayores economías del planeta, desde marzo de 2018 ha saltado a un nivel superior, la guerra monetaria, que amenaza con dañar aún más el comercio internacional, lastrando con ello el crecimiento del PIB mundial. Inversores y analistas confiaban en la consecución del algún tipo de acuerdo entre ambas potencias, pero en los últimos días estas esperanzas han saltado por los aires.

La guerra comercial se reactivó después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara el pasado jueves la imposición de nuevos aranceles para cubrir la totalidad de los productos procedentes del gigante asiático. EEUU aplicará, a partir del 1 de septiembre, aranceles del 10% a las exportaciones chinas por valor de 300.000 millones de dólares que aún no estaban gravadas con tarifas adicionales.

La reacción no se hizo esperar. Apenas cuatro días después, el Banco Popular de China (BPC) dejó que el yuan se depreciara hasta su nivel más bajo desde 2008, tras romper la barrera psicológica de siete unidades por cada dólar, desatando así la temida guerra monetaria. Y, por si quedaba alguna duda, un portavoz del BPC aseguró en la página web del organismo que la depreciación del yuan se debe al "proteccionismo comercial" y a la "imposición de subidas arancelarias contra China", en clara referencia al último giro de Trump.

Un yuan más débil significa que los productos chinos denominados en dólares son más baratos, algo que ayudaría a contrarrestar el efecto negativo de los nuevos aranceles estadounidenses, pero, al mismo tiempo, elevará el coste de las importaciones que realice China, lo cual afectará de lleno a sus socios comerciales, desde los países del sudeste asiático o la UE hasta las economías emergentes y EEUU, dado que venderán menos. Además, Pekín también suspendió las compras de productos agrícolas procedentes de EEUU, al tiempo que amenaza con aplicar nuevos gravámenes a la importación de este tipo de bienes. Asimismo, la aerolínea Air China anunció que cerrará la ruta Pekín-Hawái a partir del 27 de agosto.

Como consecuencia, el Departamento del Tesoro estadounidense acusó a China se ser un "manipulador de divisas" y no descartó la puesta en marcha de nuevas represalias, lo cual se podría traducir en otro aumento de los aranceles hasta el 25% o una devaluación adicional del dólar mediante recortes de los tipos de interés.

Huida hacia valores refugio

La escalada en la guerra que mantienen ambas potencias y sus negativos efectos sobre el comercio y el crecimiento global están desatando el pánico entre los inversores, con la consiguiente huida hacia valores refugio, como es el caso de la renta fija.

La rentabilidad de la deuda estadounidense a diez años, por ejemplo, bajó al 1,75% el pasado lunes. Pero esta tendencia es generalizada. Así, en los últimos días, la rentabilidad de la deuda alemana a 30 años se ha situado en terreno negativo por primera vez en la historia, al igual que el resto de bonos germanos. Esto significa que los inversores están incluso dispuestos a pagar para prestar dinero al Estado alemán, uno de los más solventes y creíbles del mercado. Y lo mismo sucede con otros bonos y plazos que emiten países ricos, cuya rentabilidad también se sitúa en negativo.

Monedas como el franco suizo o el euro también están sirviendo a modo de seguro, aunque el oro, el dinero por naturaleza, es uno de los activos que está registrando una mayor subida. El precio de la onza avanza hacia los 1.500 dólares, en máximos no vistos desde 2013.

Y algo similar sucede con el bitcoin, ya que la criptodivisa de referencia ha ganado más de un 15% en la última semana debido, en parte, a su uso como valor refugio por la guerra comercial. El bitcoin, que rondó el umbral de los 7.000 dólares hace apenas un mes, avanza ya hacia los 12.000.

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