"La gente se está muriendo por el cambio climático". Así de tajante se mostró la joven activista sueca Greta Thunberg en su paso por la cumbre climática de Naciones Unidas. Sin embargo, los datos ponen de manifiesto que, lejos de haberse producido un aumento, las muertes ligadas a eventos meteorológicos extremos han ido a menos durante el último siglo.
En 1920, las muertes relacionadas con cambios en el clima causaron alrededor de medio millón de fallecimientos. En dicha categoría entran fenómenos extremos como las inundaciones, las sequías, las tormentas, los incendios o las olas de frío y calor. Pues bien, este indicador cayó por debajo de los 50.000 fallecimientos a lo largo de ladeada de 1980 y, en la actualidad, está más cerca de los 20.000 muertos al año.
Por otro lado, si se estudian los eventos medioambientales que no guardan relación con el clima, encontramos que el número anual de muertes se mantiene más o menos constante desde hace un siglo, con picos que no superan los 50.000 fallecidos y valles que implican un número muy reducido de bajas. En esta categoría entran fenómenos extremos como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas…
La caída es aún más pronunciada si tenemos en cuenta que, a lo largo del último siglo, la población mundial ha crecido de forma exponencial. Así, comparando el número de muertes relacionadas con cambios en el clima con cada millón de habitantes del globo, vemos que esta tasa se ha desplomado un 250% desde 1920.
Un coste económico sobradamente manejable
Bjorn Lomborg ha sacado a la luz estos datos con ánimo de refutar el discurso catastrofista que ha popularizado Thunberg. El ecologista danés, experto en proponer soluciones climáticas eficientes y compatibles con el libre mercado, ha subrayado que "no tiene sentido pretender que las emisiones de CO2 hayan desaparecido dentro de una década", puesto que la producción de ese y otros gases de efecto invernadero "no obedece a un plan maligno, sino que supone una consecuencia de lograr que miles de millones de personas tengan acceso a la electricidad y puedan salir de la pobreza".
Para poner en perspectiva el impacto del cambio climático, Lomborg toma como referencia los estudios de la propia ONU y recuerda que, "según el IPCC, en 2070 se habrán materializado efectos climáticos negativos que reducirán el ingreso medio entre un 0,2% y un 2%, pero el crecimiento económico esperado para entonces habrá sido mucho mayor y cada persona será entre un 300% y un 500% más rica que hoy, dependiendo del ritmo de crecimiento de su país".