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La deuda española, más expuesta que nunca: la mitad está en manos de inversores extranjeros

El volumen de pasivos controlados por acreedores foráneos ha subido con fuerza, pasando de 220.000 a 430.000 millones de euros.

El volumen de pasivos controlados por acreedores foráneos ha subido con fuerza, pasando de 220.000 a 430.000 millones de euros.
Los acreedores extranjeros de la deuda española siguen aumentando | Europa Press

La deformación sistemática del sistema monetario y financiero perpetrada por los bancos centrales y las políticas eufemísticamente denominadas "no convencionales" ha tenido como resultado un fuerte repunte del apetito por la deuda pública, hasta el punto de que países como España tienen hoy condiciones de financiación mucho mejores que hace una década, pese a que el Tesoro acumula tres veces más compromisos de pago.

De hecho, aunque la inestabilidad institucional ha experimentado un claro repunte en los últimos años, con el pulso separatista en Cataluña y la celebración de cuatro elecciones generales, lo cierto es que ese perfil de riesgo no se ha traducido a las rentabilidades exigidas por los inversores. La consecuencia es que, pese a que la deuda ha crecido con fuerza tras más de una década de déficits fiscales, los pagos de intereses se mantienen más o menos estables en torno a los 30.000 millones de euros.

Algo ha cambiado, eso sí, en el perfil de los tenedores de esa deuda. El grueso de dichos títulos sigue estando en manos de inversores nacionales, pero el peso de los internacionales no para de aumentar. De hecho, según los datos facilitados por la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional, el 48% de la deuda pública española está ya en manos de acreedores extranjeros.

Bono a 15 años por apenas un 1,8%

En cifras redondas, el total de deuda negociada con inversores foráneos asciende a la friolera de 430.000 millones de euros. El apetito por dichos títulos es tal, que este mismo año se han colocado bonos a quince años con tipos nunca antes vistos (apenas un 1,8%). Por mercados, el grueso de las compras vienen de Alemania, Austria, Suiza, Francia, Italia, Reino Unido e Irlanda.

Las distorsiones monetarias y financieras contribuyen a que el apetito por la deuda española sea mayor que el que encontramos en torno al bono alemán, puesto que los títulos del Tesoro teutón se están negociando en negativo (-0,3% en la última emisión realizada), lo que empuja a los inversores a buscar opciones alternativas, entre las que ha emergido España.

En el año 2012, cuando España se debatía entre la quiebra y el "rescate", el total de deuda manejada por los inversores extranjeros estaba en los 220.000 millones. Ahora, el año 2020 llega con 430.000 millones en manos foráneas. En porcentaje, el aumento ha sido notable, puesto que la cuota de bonos negociados fuera de España rondaba el 40% en 2012, pero ya alcanza el 48% y se acerca a la barrera psicológica del 50%.

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