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El demoledor gráfico de la covid-19 que Pedro Sánchez no podrá ocultar a la OCDE

España ha tardado mucho más que otros países en desplegar una estrategia de test.

España ha tardado mucho más que otros países en desplegar una estrategia de test.
Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. | EFE

El gobierno de España presionó a la OCDE para que alterase la tabla en la que recuenta el número de test de coronavirus realizados en sus países miembros. El gabinete de coalición entre PSOE y Podemos envió a la organización con sede en París una serie estadística opaca, que no distingue las pruebas PCR de los test rápidos de anticuerpos, a pesar de que los segundos no se incluyen en los conteos que toma como referencia este organismo.

Fuentes diplomáticas aseguran que España habría ofrecido al secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, la emisión de un voto favorable a su reelección a cambio de incluir los datos cocinados por Moncloa en su clasificación. Sin embargo, las artimañas del gobierno español para mejorar su imagen exterior han terminado saliendo a la luz y, de hecho, han motivado diversos desmentidos por parte de los estadísticos de la Universidad de Oxford que elaboran la tabla empleada por la OCDE.

La manipulación que ahora sale a la luz no es menor, puesto que ofrecer cifras para una comparativa homogénea habría dejado a España en el puesto 18 de la lista. Sin embargo, el informe con datos inflados con el que Sánchez ha presionado a la OCDE incluía los test rápidos de anticuerpos para colar a nuestro país entre los diez que más exámenes de coronavirus han realizado.

Además, hay al menos otros dos problemas de fondo en la argumentación que ha intentado popularizar Moncloa. Por un lado, el recuento no tiene en cuenta que se han desechado miles de exámenes por tratarse de test defectuosos o directamente falsos. Por otro lado, no toma en consideración que España ha tardado mucho más que otros países en desplegar una estrategia de exámenes, de modo que incluso si hubiese realizado muchos test, los habría desplegado demasiado tarde.

En cualquier caso, por mucho que el gobierno de Sánchez se esfuerce por moldear la realidad y construir un relato exculpatorio de su nefasta gestión de la pandemia, hay un demoledor gráfico que persigue a Pedro Sánchez y su vicepresidente Pablo Iglesias: el del número de fallecidos por habitante.

Si realizamos un cálculo para la OCDE, con datos para el 28 de abril, encontramos que solo Bélgica presentaba un mayor número de decesos por covid-19, con 622 por cada millón de habitantes. España aparece a continuación, con 503. Italia, con 446, y Francia, con 357, completan las cinco primeras posiciones del ranking de la vergüenza. Austria, el primer país europeo en desarrollar una estrategia de confinamiento, registra solo 61 fallecidos por millón de habitantes.

Estados Unidos, donde la gestión del presidente Donald Trump ha sufrido duras críticas por parte de los medios europeos, presenta unas cifras de mortalidad mucho menores a las nuestras, con 172 decesos por cada millón de residentes. Por otro lado, Japón está a la cola del ranking, a pesar de los miedos que despertó su negativa al confinamiento generalizado.

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