La industria cervecera en Estados Unidos está sufriendo los estragos que ha provocado el confinamiento. Según The Wall Street Journal, unos 38 millones de litros permanecen almacenados en establecimientos y corren el riesgo de caducarse y desperdiciarse. En total, cerca de un millón de barriles podrían echarse a perder por estar en bares cerrados. Pero, el drama es todavía mayor porque en total el sector se enfrenta a perdidas de 1.000 millones de dólares (920 millones de euros).
Otro problema añadido es que la cerveza no se puede verter en grandes cantidades porque iría en contra de las normativas ambientales. Es decir, deshacerse de todo el excedente puede provocar una alteración del pH del agua en los desagües y en los ríos del país, además de producir bacterias y riesgo sanitario. Por tanto, los barriles llenos de cerveza caducada tendrán que almacenarse hasta encontrar una solución para poder vaciarlos, limpiarlos y volverlos a llenar con cerveza en buen estado.
Este hecho también ha provocado que la Asociación de Cerveceros americana llegase a un acuerdo global entre productores, distribuidores y locales para evitar que todo el peso de las pérdidas recayera en uno solo dentro de la cadena provocando un daño todavía mayor. Sin embargo, a pesar de este gesto la situación para la industria cervecera puede empeorar teniendo en cuenta que muchos eventos del verano quedarán suspendidos, pospuestos, cancelados o se celebrarán con mucho menos aforo del previsto.
En España la industria cervecera también se enfrenta a momentos difíciles, ya que se prevé que puedan cerrar hasta un 40% de bares y restaurantes debido a la crisis causada por el confinamiento. Esto unido a la reducción del aforo supone una gran amenaza para un sector en el que el 80% de los litros se consumen en establecimientos y solo un 20% en los domicilios. De hecho, Heineken ya ha asegurado que el consumo total de cerveza en este año podría caer por encima del 14% en todo el mundo.
En total, España cuenta con una 500 empresas cerveceras por todo el territorio, que pueden enfrentarse a una situación dramática que obligue a echar el cierre a aquellas compañías que se encuentran en una situación de mayor fragilidad.