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Teresa Ribera, tras 25.000 muertos: "Reconforta ver la Castellana llena de bicis y gente caminando"

La vicepresidenta cuarta del Gobierno sigue coleccionando comentarios inoportunos. Ahora, encantada de que no haya coches por la Castellana.

La vicepresidenta cuarta del Gobierno sigue coleccionando comentarios inoportunos. Ahora, encantada de que no haya coches por la Castellana.
La vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera | EFE

España ocupa los primeros puestos del mundo en número de muertos por cada 100.000 habitantes por coronavirus, y de sanitarios infectados. Se desconoce el dato de sanitarios fallecidos por la covid-19 porque el doctor Fernando Simón no ha tenido a bien contestar a los periodistas cuando ha sido preguntado precisamente por el impacto del coronavirus entre los especialistas médicos, enfermeros y otro personal sanitario que está enfrentando la enfermedad, en muchas ocasiones, sin equipos de protección adecuados.

El drama alcanza ya los 25.613 muertos oficiales por coronavirus hasta este miércoles por la mañana, ya que el número de muertos reales todavía no se conoce por los diferentes criterios empleados por Sanidad para el conteo. Algunos expertos sitúan el número de fallecidos en el doble de los muertos oficiales.

El estado de alarma mantiene recluidos a los españoles en sus casas, ha tenido y tiene a cientos de miles de comercios cerrados, la economía sumando parados por millones y cercenando derechos y libertades con la excusa del "interés general del Estado", pero esto para algunos miembros del Gobierno es motivo de orgullo o satisfacción.

Es el caso de la ministra de transición ecológica y vicepresidenta cuarta del Gobierno Teresa Ribera que en redes sociales decía este martes que "reconforta ver la Castellana llena de bicis y sus bulevares llenos de ciudadanos caminando, corriendo o paseando al perro". Pequeño detalle, el que parece reconfortar a Ribera, es que lo hacen sólo en las franjas horarias que el Gobierno permite y porque mantiene prohibidos la mayoría de los desplazamientos en automóvil, merced a una desastrosa gestión de la crisis sanitaria de la covid-19 que ha costado ya más de dos decenas de miles de muertes.

No es la primera vez que la vicepresidenta cuarta hace comentarios de este calibre. Hace sólo unos días, cuando el Gobierno empezaba a debatir sobre las medidas que iba a tomar para atenuar las restricciones de actividad y movimientos decretados en la población merced al decreto de estado de alarma, ya dejó una de sus perlas. Se quejaban entonces, y siguen quejándose, los autónomos y las pequeñas empresas de que las condiciones impuestas por el Gobierno para abrir sus negocios les hacían incurrir en más gastos que ingresos, y ponía todavía más en riesgo sus negocios. Ribera les daba la solución: el que no quiera, que no abra, decía.

Luego se disculpó y dijo que habían sacado la frase de contexto.

Casi el mismo tacto mostró con el anterior presidente de Red Eléctrica Española, Jordi Sevilla, a quien fulminó en cuanto llegó a la Vicepresidencia cuarta y se quedó con las responsabilidades de industria. Sevilla denunció injerencias de la propia Ribera en sus funciones como presidente de REE, y ella dejó claro el camino a Sevilla: "Si no está cómodo, normal que se vaya".

También fue la que logró herir de gravedad un producto tan importante como el combustible diésel con un simple comentario en una entrevista televisiva. Hoy el sector del automóvil sufre con dureza las consecuencias del estado de alarma y la crisis de la covid19, con una caída de las matriculaciones de más del 90%. ¿También reconforta esto a la ministra?

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