Como si se tratara de un viaje en el tiempo, los autocines han vuelto a convertirse en un autentico boom por la desescalada. Ver una película dentro del coche mirando hacía una gran pantalla suena a algo romántico y, al mismo tiempo, arcaico. Sin embargo, debido a las nuevas exigencias de distanciamiento social y limitaciones del aforo, no hay nada más seguro. Es por esta razón por la que este verano puede ser muy habitual ver autocines improvisados en las ciudades y municipios de nuestro país. De hecho, el único autocine que sigue vivo en Madrid ya ha comenzado a colgar el cartel de no hay billetes debido a la gran demanda.
El autocine RACE madrileño ocupa 25.000 metros cuadrados y está situado en la zona entre Chamartín y Fuencarral. La gran explanada, y su gran pantalla, permiten acoger hasta 350 coches. Aunque, a diferencia de las salas de cine normales, este autocine no proyecta películas todos los días ni a todas horas. Es por esto por lo que hay que reservar y comprar las entradas con antelación. Tanto es así, que para la emisión de Grease se vendieron todas las entradas.
Pero el boom de los autocines no es cosa solo de España. En Alemania han sufrido un gran aumento, de hecho, el número de explanadas dedicadas a la proyección de películas para ser vistas desde un coche se ha duplicado. Según los medios del país, la pandemia ha provocado que el número de autocines pase de 20 a 50 en todo el territorio. Por su parte, en Estados Unidos donde hay más de 300 autocines, se han mantenido abiertos durante el confinamiento para paliar el cierre de las más de 5.000 salas en el país.
También conciertos
Esta idea de ver un espectáculo desde el vehículo no vale solo para las películas, sino también para los conciertos. Tal y como cuenta la CNN, en Grecia se han comenzado a celebrar conciertos para ser disfrutados desde el coche y así hacer posible que los artistas puedan continuar con su trabajo. En las afueras de Atenas se ha dado el primer autoconcierto y las curiosas imágenes han dado la vuelta al mundo.