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La empresa familiar teme un rejonazo fiscal del Gobierno a sus dividendos

El Ejecutivo socialista quiere que la deducción se limite al 95% para aumentar la recaudación del Estado.

El Ejecutivo socialista quiere que la deducción se limite al 95% para aumentar la recaudación del Estado.
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, Maria Jesús Montero | Europa Press

En el proyecto de los presupuestos de 2019 elaborado por el Gobierno de Pedro Sánchez, que nunca se llegaron a aprobar, se recogía una medida que afectaba de manera directa a la fiscalidad de las empresas familiares. Hasta ahora, según la normativa vigente, los dividendos dentro de un grupo empresarial familiar cuentan con una exención del 100%. Sin embargo, el Ejecutivo socialista quiere que la deducción se limite al 95% para aumentar la recaudación del Estado.

Por eso, antes de que sea demasiado tarde, son muchas las empresas familiares que en estas semanas están pidiendo cita con sus abogados para simplificar las estructuras empresariales y así poder librarse del rejonazo fiscal que plantea el Gobierno, tal y como ha publicado El Confidencial. Con la nueva medida, que todavía no ha sido aprobada, el 5% de los dividendos o participaciones de beneficios deberá tributar y, por tanto, aumentará la presión fiscal sobre este tipo de compañías.

Para ser más precisos, esta medida supondría una tributación del 1,2% sobre el dividendo en cada distribución interna. El problema surge con los grupos empresariales, ya que, si hay varias filiales dentro de un grupo, se pagaría la tasa por cada filial, disparándose de forma exponencial la fiscalidad. Pero no solo eso, sino que las personas físicas que recibieran una cantidad superior a 50.000 euros en dividendos tendrían que pagar el 23% de los mismos por rendimientos del capital. Por este motivo, las compañías familiares que sean un grupo y tengan varias empresas dentro de la misma, están acudiendo a sus asesores legales para poder simplificar la estructura y así pagar menos impuestos.

Las compañías familiares, al igual que las de cualquier otra empresa, tienen una doble imposición tributaria sobre los beneficios. Por un lado, las ganancias tributan a través del Impuesto de Sociedades. Pero por otro, se deberá tributar también por rendimientos de capital a través del IRPF si se superan los 50.000 euros. Ahora, esta nueva figura fiscal que quiere aprobar el Ejecutivo supondría aplicar una tercera tasa sobre los beneficios.

Según los datos del Instituto de Empresa Familiar (IEF) el 60% de las empresas familiares prima la reinversión de los beneficios frente al reparto de dividendos, en aras de garantizar, ante todo, la continuidad del negocio. Por eso, habrá que ver si el nuevo impuesto también graba todos aquellos dividendos que se utilicen como reinversión para continuar mejorando y creciendo.

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