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EDITORIAL

Sánchez hundió la economía antes de la llegada del covid-19

La deuda y el déficit se han disparado y, por mucho que diga el tramposo Gobierno social-comunista, la causa no ha sido el covid-19.

La economía española sufrirá –junto a la italiana– el peor desplome del mundo desarrollado por la crisis del coronavirus. El vaticinio del FMI coincide con los que llevan tiempo emitiendo varias casas de análisis. De confirmarse los pésimos augurios, Pedro Sánchez tendrá el deshonor de ser uno de los peores gestores de la pandemia y uno de los que más ruina han llevado a su país.

Las cuentas del FMI son contundentes y empeoran dramáticamente sus anteriores previsiones para España. En 2020, el PIB nacional se hundirá un 12,8%, debacle sin precedentes en nuestra historia reciente. En menos de 100 días –desde el 14 de marzo y hasta el 20 de junio– se han desmoronado todos los indicadores de una economía que ya estaba en pleno proceso de desaceleración. El empleo, la creación de empresas, las licitaciones de obra, las exportaciones, las matriculaciones… la lista de datos tremendos parece infinita.

La deuda y el déficit se han disparado y, por mucho que diga el tramposo Gobierno social-comunista, la causa no ha sido el covid-19. El mal venía de antes. Con Sánchez, la deuda pública se ha incrementado en 77.357 millones de euros. ¿Recuerdan los famosos viernes sociales de 2019? Entonces no había noticias del coronavirus, pero el cacique Sánchez ya cargaba casi 10.000 millones de euros sobre el bolsillo del contribuyente para su corruptora campaña de compra de votos.

Tras desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa compinchado con comunistas, golpistas y filoetarras, el doctor en Economía decidió renegociar el objetivo de déficit de 2018, peso a lo cual no ha sido capaz de cumplir su compromiso en ningún momento; es más, ha logrado el aberrante hito de hacer crecer el déficit por primera vez desde 2012. Tampoco aquí puede remitirse al coronavirus. El FMI prevé que el déficit se dispare hasta el 13,9% del PIB este año, lo que colocaría el endeudamiento en el 123,8% y pondría al límite las cuentas públicas.

Pese a este panorama, el Gobierno se da ridículos golpes de pecho por haber llegado a un acuerdo con patronal y sindicatos para alargar los ERTE. Erigiéndose el salvador de los trabajadores a golpe de subsidio, Sánchez se olvida de que su irresponsabilidad es lo que ha dejado a España sin colchón para afrontar imprevisto devastadores como los que ha traído la pandemia, tan calamitosamente gestionada por los social-comunistas.

El Gobierno tendrá que decidir qué reformas estructurales va a acometer para ganar un mínimo de credibilidad en Europa, donde no se fían de Sánchez ni, mucho menos, de su gran aliado, el vicepresidente chavista-peronista Pablo Iglesias Turrión.

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