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EDITORIAL

El Gobierno declara la guerra al contribuyente

Es la izquierda realmente existente haciendo lo que más le gusta: acogotar a la ciudadanía y sumirla en la dependencia. Prepárense porque esto no ha hecho más que empezar.

Ha tenido que ir Pedro Sánchez a La Sexta a confirmar que va a subir los impuestos a los españoles. Como si no lo tuviera previsto desde que puso el pie en Moncloa. Como si el socialismo necesitara excusas para esquilmar a la ciudadanía.

El líder del PSOE le dijo el jueves a su faldero Ferreras que, de la mano de sus socios chavistas, está preparando una subida del IRPF a las rentas altas, un aumento del Impuesto de Sociedades a las grandes corporaciones y un incremento de los muy mal llamados 'impuestos medioambientales'. Nada de esto es nuevo, está en el programa de gobierno que pergeñaron PSOE y Podemos el año pasado. Antes de que el coronavirus arrasara con decenas de miles de vidas y con la economía nacional, la izquierda ya planeaba la mayor subida de impuestos de la historia reciente. Pues bien: va a ser todavía peor.

Después de presumir de que su Gobierno ya ha puesto en marcha las ignominiosas Tasa Google y Tasa Tobin –que por supuesto acabaremos pagando todos de una u otra forma–, Sánchez habló de tocar el Impuesto de Patrimonio. Resulta que el doctor fake no ha rechazado el denominado "impuesto a los ricos" del potentado comunista Pablo Iglesias por que pretenda dar un respiro a las expoliadas e ínfimas grandes fortunas de España. Lo que había detrás de la negativa socialista al tributo podemarra es que Sánchez –y su lacaya Montero– prefiere subir Patrimonio en lugar de crear un impuesto nuevo. Una vez más, la izquierda planea una ofensiva contra Madrid, región que tiene bonificado este impuesto al 100% y que ha conseguido atraerse el 67% de las grandes fortunas del país.

En su comparecencia sextaria, Sánchez no habló de subir Sucesiones ni de la cada vez más temida subida del IVA. ¿Qué va a pasar con el impuesto al diésel? Tampoco dijo nada, pero las probabilidades de que ese nuevo sablazo se materialice son muy elevadas. Este año el PIB se hundirá un 12,8% y el déficit y la deuda se dispararán hasta el 13,9% y el 123,8%, respectivamente. Eso, si no hay una segunda oleada de la pandemia del coronavirus en otoño que machaque aún más la economía. Así las cosas, el Gobierno tiene una estratosférica factura que pagar y con el atraco a esos ricos que tanto dice odiar no le alcanzará. Sánchez e Iglesias van a ir con todo a por las clases medias, los contribuyentes más indefensos del país.

Todavía no hay datos sobre a cuánto ascenderá la subida de impuestos de Sánchez, pero a corto plazo, y siendo optimistas, podría ser de 17.300 millones de euros, unos 360 euros más por persona y año. Si se repara en que María Jesús Montero no deja de repetir que España tiene "margen" para aumentar la recaudación en 6-7 puntos del PIB, la cifra definitiva podría superar los 64.000 millones.

En lugar de centrar sus esfuerzos en eliminar todo el gasto público superfluo y utilizar la fiscalidad para reactivar la economía nacional, Sánchez ha optado por asfixiar a familias y empresas. Con su habitual desfachatez, pondrá como excusa al coronavirus, al Banco de España o a Bruselas. Pero no, es la izquierda realmente existente haciendo lo que más le gusta: acogotar a la ciudadanía y sumirla en la dependencia.

Prepárense porque esto no ha hecho más que empezar.

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