En el 2013 salió a subasta un dólar de plata de 1794 y logró batir todos los récords logrados hasta el momento al venderse por 10 millones de dólares (8,45 millones de euros). Ahora, su propietario, Bruce Morelan, ha decidido ponerlA de nuevo en el mercado de la mano de la casa de subastas Legend Auctions. Será el próximo 8 de octubre en Las Vegas cuando está curiosa moneda cambie de dueño y consiga, casi con toda probabilidad, un nuevo récord mundial si supera esos 10 millones de hace siete años.
Lo que hace a este dólar tan valioso es su rareza y su escasez. Tiene más de 225 años de historia, un diámetro de cuatro centímetros y una excelente conservación. Se piensa que es uno de los primeros dólares en acuñarse en Estados Unidos, y que incluso podría ser el primero de todos. De hecho, tiene hasta un nombre propio: "cabello suelto". Por una de las caras representa a la Libertad, retratada con cabello largo y adornada con 15 estrellas de los 15 estados que conformaban la Unión en 1794.
La producción del dólar comenzó el 15 de octubre de 1794, aunque desde 1792 ya existía la primera Casa de la Moneda en el país. En esa primera tirada, fueron creadas 1.758 monedas con el mismo diseño de la que se subastará en Las Vegas dentro de unas semanas. De todas ellas, solo 130 han conseguido conservarse, pero, la que se subastará es la que mejor conservación tiene de todas ellas.
Otra curiosidad de esta moneda es que no se acuñó para uso general de la ciudadanía, sino que se creó para las autoridades a modo de recuerdo. Estas divisas se entregaron a congresistas y otros altos cargos de la época. Además, en el contexto histórico, estas divisas lograron un importante valor reputacional porque en esos momentos Estados Unidos no tenía un fácil acceso al oro o la plata. Por tanto, estos "cabellos sueltos" sirvieron para demostrar que eran una potencia en ciernes.
Otra moneda de récord
La segunda moneda subastada más cara del mundo se vendió por 6,4 millones de euros. Se trata de una divisa de 20 dólares acuñada en el año 1933. En ese año, Roosevelt mandó retirar todas las monedas de oro y fundir las de 20 dólares. De las últimas 500.000 que se acuñaron, solo unas pocas consiguieron salvarse de ser fundidas. De hecho, se aprobó una ley en la que se prohibía tener estas monedas y quienes las tuvieran podrían ser sancionados y la moneda incautada. De hecho, esta moneda de 20 dólares fue comprada por el rey de Egipto, Faruq.