La algarroba, que hasta ahora ha sido considerada la hermana pobre de los cultivos de secano por detrás de la aceituna y la almendra, ha empezado a multiplicar su precio debido a un aumento de la demanda y a un descenso de la oferta. El fruto del algarrobo tenía un precio de 20 céntimos por kilo hasta hace pocos años, sin embargo ahora llega a superar incluso los 70 céntimos por kilo, según señalan en La Unió de Llauradors i Ramaders.
Este momento dulce se debe, entre otras cosas, a un aumento creciente de la demanda tanto en el sector alimentario como en el cosmético. La harina de algarroba se ha convertido en una alternativa a la harina de trigo y, por tanto, en una buena opción para los intolerantes al gluten. Pero, además, por parte de la industria de la belleza también ha experimentado un aumento de la demanda debido a las buenas propiedades con las que cuenta este fruto. El tercer factor que explica el aumento del precio es el descenso de la oferta en Marruecos, uno de los principales productores de algarrobas en el mundo.
En España, la Comunidad Valenciana es la región que concentra la mayor producción. En concreto, produce alrededor de 8.000 toneladas anualmente, siendo Valencia y Castellón las provincias con mayor productividad de toda la comunidad autónoma y de España.
Una alternativa al cacao
Aunque las propiedades y utilidades son muchas, una de las que más está deslumbrando es la similitud con el cacao. Varios cocineros de renombre, como Elene Arzak ya están utilizando el fruto del algarrobo como alternativa al cacao. El sabor puede ser similar al del chocolate, especialmente en repostería, y además solo tiene un 1% de grasa, frente al 15% y 30% del cacao. Todo ello hace que se haya convertido en un producto en auge en un momento en el que la alimentación fitness está cada vez mejor considerada.
En cuanto a las propiedades, abundan las vitaminas A, B1, B3, B3 y D, además de minerales como el magnesio, fósforo, zinc, potasio y el calcio. Todo ello hace una combinación perfecta para el consumo humano ya que, hasta ahora, la algarroba sirve, de forma masiva, como alimento para los animales. De hecho, la harina de algarroba es una de las más usadas en los piensos compuestos para el ganado.