La inmensa mayoría de la población ha degustado alguna vez en su vida un sándwich de queso o el típico de jamón y queso. Pero, seguramente, casi todos han pagado menos de 10 euros por él. Sin embargo, existe un sándwich de queso y sin jamón que se vende por 180 euros la unidad. Su nombre es Quintaessential Grilled Cheese y acaba de entrar en el libro Guinness de los Récords por ser el sándwich más caro del mundo.
Para disfrutar de esta joya gastronómica es necesario ir hasta Nueva York, concretamente al número 225 de la East 60th Street, entre la Segunda y la Tercera Avenida. Allí se encuentra un restaurante llamado Serendipity 3, que es el establecimiento encargado de vender este Quintaessential Grilled Cheese, que es mucho más que un sándwich. Se trata de un bocadillo hecho con pan francés pulman compuesto por champán Dom Pérignon y copos de oro. En cuanto al relleno, el lujoso bocadillo lleva mantequilla de trufa blanca y queso caciocavallo podolico, que es uno de los más caros del mundo. Además, a la hora de emplatar, se presenta sobre una base de salsa de tomate y una langosta.
Antes, el restaurante lleva abierto desde 1954, quienes quisieran degustar este popular y lujoso sándwich necesitaban encargarlo con 48 horas de antelación debido a la escasez de los productos que se necesitan para elaborarlo. La clave es el queso caciocavallo podolico, ya que solo hay 25.000 vacas en el mundo que produzcan esta leche y solo tienen el periodo lactante entre mayo y junio. Por eso, este tipo de derivado lácteo es tan exclusivo y poco abundante.
Un restaurante para los más sibaritas
Además de este sándwich, el Serendipity 3 tiene otro producto marca de la casa en el famoso libro Guinnes de los Récords. Se trata de su batido Luxe, el batido más caro del mundo con un precio de 84 euros. Está hecho con helado de vainilla, crema de leche, vainas de vainilla de Madagascar, oro de 23 quilates, nata, salsa de caramelo con leche de burra y cerezas. Evidentemente, estos ingredientes también provienen de selectos sitios gourmet y exclusivos. Este batido, muy alejado de los que se pueden tomar en los sitios de comida rápida, se sirve en una copa de cristal de Swarovski.
Pero, como no hay dos sin tres, este establecimiento neoyorquino también tiene en su carta el postre más caro del mundo, que se vende por 845 euros. Llamado Golden Opulence Sundae, cuenta con helado de vainilla, pan de oro, chocolate, frutas confitadas, trufas, mazapán, cerezas y caviar.