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EDITORIAL

Sánchez va a destrozar la Navidad como destrozó el verano

Sánchez no logró salvar el verano ni va a salvar la Navidad. Solo logrará hundir todavía más el tejido productivo,

La economía española no tiene visos de remontar. Los datos del paro de octubre confirman que la recuperación con la que el Gobierno está intentando engañar vilmente a la ciudadanía será lenta y dolorosa. El décimo mes del año dejó 439.628 afiliados menos –el peor dato desde 2012– y 648.384 parados más –el peor desde 2009–. Y eso sin contar con los 600.000 afectados que todavía siguen atrapados en un ERTE.

Pero la manipulación de las cifras es tan descarada que el Gobierno saca pecho por datos irrelevantes –como los intermensuales– mientras oculta los verdaderamente graves –los interanuales–. En plena pandemia, comparar octubre con el mes anterior es tan mezquino como absurdo, si lo que se pretende es analizar la realidad laboral española. Aun así, Trabajo y Seguridad Social han celebrado esta semana que la subida del paro respecto a septiembre ha sido la "segunda más baja de los últimos 13 años". Es cierto que octubre es un mes siempre nefasto para el empleo, debido al fin de los contratos verano; pero ¡lo que ha pasado este verano es que no ha habido contratos que rescindir! Por eso los números de un mes a otro son tan bajos. Gracias a la nefasta gestión de Sánchez y a la pésima imagen que ha trasladado al exterior, la temporada veraniega no ha podido ser más catastrófica. Los turistas huyeron despavoridos de un país con un Gobierno que les imponía cuarentenas pero era incapaz de coordinarse con las CCAA donde pretendían alojarse. Sin olvidar al impresentable Fernando Simón, que llegó a recomendar a los extranjeros que era mejor que no vinieran. 

Desde entonces, hoteles, bares y restaurantes siguen sin levantar cabeza. Sólo en la hostelería se destruyeron en octubre 85.000 empleos, aunque el Gobierno vuelve a tergiversar las cifras festejando que la afiliación aumentó en 113.974 personas. Lo que el Ejecutivo social-comunista oculta es que fueron el sector público y la educativo –también en gran medida público– los únicos que lograron tirar el empleo ese mes, con 27.000 y 137.502 afiliados más, respectivamente. Así, mientras van arrinconando al sector privado y a la economía productiva, el plan del Gobierno de crear un sistema subsidiado y asistencialista va ganando terreno.

El derrumbe de las contrataciones alerta de que el deterioro económico es imparable. Lo habitual es que el número de contratos firmados revele las expectativas que tienen las empresas sobre el futuro de sus negocios o el volumen de trabajo que prevén tener, pero en octubre los contratos se hundieron un 30%. Este catastrófico dato vaticina las pocas esperanzas que tienen las empresas en la campaña de Navidad -uno de los momentos más importantes del año- lo que acabaría por rematar del todo al PIB de España. 

La economía española sufrirá en 2020 el mayor varapalo del mundo desarrollado –como alertó el jueves la Comisión Europea-. Que el Gobierno de Sánchez e Iglesias sea el único que sube impuestos y aumenta el gasto ineficiente tendrá mucho que ver. Sánchez no logró salvar el verano ni va a salvar la Navidad. Solo logrará hundir todavía más el tejido productivo, porque el problema es su política económica. 

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