Tras la tremenda depreciación sufrida por las acciones del grupo Deutsche Telekom –75 por ciento en un año, valor con el que cerró el pasado viernes la Bolsa de Fráncfort— una leve muestra pública de apoyo del canciller Schröder hacia el presidente de Telekom, Sommer, ha bastado para que el lunes se recuperaran de golpe un 8 por ciento. ¿Milagro?
En una entrevista concedida al canal de televisión n-tv, Schröder manifestó su confianza en Sommer y añadió que no le corresponde al Gobierno alemán, sino al propio consejo de supervisión de Telekom controlar las operaciones de la compañía: “No se trata de que Telekom vuelva a convertirse en un monopolio del Estado”, matizó el canciller.
Telekom y su súbita recuperación en el mercado de valores fue, sin duda, la estrella de la primera jornada bursátil de la semana y la tendencia continúa. “El problema de la devaluación de Telekom –añade Sommer– debe buscarse en el mercado y no dentro de la compañía”.
Ahora que Lázaro ha empezado a dar los primeros pasos tras su estrepitosa caída, sería mejor que anduviera bien vivo, porque podría no mantenerse en pie mucho tiempo. Indignados y dispuestos a tumbarlo de nuevo, un grupo de pequeños accionistas ha presentado una denuncia contra Sommer por la devaluación en 4.000 millones de marcos (unos 2.000 millones de euros) de las propiedades inmobiliarias de Telekom, un dato que la compañía no dio a conocer hasta la pasada semana. Los denunciantes creen que Telekom ocultó estas informaciones para no perjudicar su tercera admisión de cotización en Bolsa y la posible compra de la compañía norteamericana VoiceStream.
Los abogados que llevan el caso han creado una página web por considerar que el asunto trae cola. En www.t-ax.de quieren informar sobre la evolución y resonancia del proceso y recoger protestas de otros perjudicados. Por ahora, la denuncia colectiva no ha frenado la recuperación momentánea de las acciones de Deutsche Telekom. Hombres de poca fe, ¿cuánto durará la divina eficacia del canciller?
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