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EDITORIAL

El endeudamiento masivo de Sánchez e Iglesias

La nociva herencia dejada por Zapatero no va a ser nada comparada con la de Sánchez e Iglesias.

Está visto que no hay límites para el deterioro: si el falsamente austero de Mariano Rajoy logró desbancar al ciertamente manirroto de José Luis Rodríguez Zapatero como el Gobierno que más endeudó a los españoles en menos tiempo, el social-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acaba de obtener el dudoso honor de ser el Ejecutivo bajo el cual España ha incrementado más su deuda pública.

Y es que, por mucho que el Gobierno saque pecho por que España haya colocado por primera vez deuda pública a 10 años con tipos de interés negativos, así como por el ínfimo descenso de la deuda en octubre –sólo 2.057 millones de euros respecto a septiembre–, lo cierto es que la deuda se ha incrementado en estos dos años a razón de 168 millones de euros al día, lo que implica un incremento per cápita de 3.142 euros.

Así las cosas, que la deuda pública española no sufra prima de riesgo alguna no es mérito de este Ejecutivo sino fruto, en primer lugar, de la preferencia de los inversores, en estos tiempos de incertidumbre, por la seguridad de la deuda soberana de unos Estados con capacidad de extraer dinero coactivamente a sus ciudadanos a través de los impuestos; y, sobre todo, del aval que –por ahora– están brindando nuestros socios europeos más solventes a nuestras emisiones de deuda. Ahora bien, nada garantiza que esas dos circunstancias no cambien abruptamente en el mismo momento en que nuestros socios se cansen de ver cómo su aval no tiene como contrapartida la adopción de políticas de ajuste, sino que tan sólo sirve para que el Ejecutivo social-comunista siga gastando sin límite. No en vano, lo que ya debería encender todas las alarmas es que el Estado español debe 1.308.085 millones de euros, el 114,10% del PIB, 27.636 euros por habitante, losa que aún será mayor a finales del año, según todos los analistas.

Téngase en cuenta, además, que a la nula eficiencia que caracteriza a socialistas y comunistas a la hora de gestionar el dinero del contribuyente se suma una pulsión ideológica que denigra como vicio lo que tanto en el ámbito público como en el privado es siempre una virtud: la austeridad. Socialistas y comunistas consideran, por el contrario, que el mejor Gobierno es el que más gasta, y tratan de hacer del Estado no un sostén coyuntural para los que sufren un revés como el desempleo o la enfermedad, sino una fuente permanente de trabajo y subsidios, de bienes y servicios gratuitos. El desaforado endeudamiento español no obedece únicamente a los inevitables efectos de una crisis sanitaria como la del coronavirus, sino a la incompetencia de la banda de Sánchez e Iglesias y a su apuesta por que la crisis sirva de ariete para que el Estado desplace lo más posible de la economía a la sociedad civil y al mercado.

Ante semejante panorama, sólo la pertenencia al euro y una mayor exigencia de nuestros socios comunitarios como contrapartida a sus ayudas financieras pueden sacarnos de esta senda de servidumbre y endeudamiento desaforado, que indefectiblemente nos lleva a la bancarrota o a la Venezuela de Maduro. La nociva herencia dejada por Zapatero no va a ser nada comparada con la de Sánchez e Iglesias.

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