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EDITORIAL

Ruina y más ruina

Si los social-comunistas continúan en el poder, la recuperación será incierta, dolorosa y, sobre todo, lenta.

El Gobierno sigue ignorando la debacle económica en la que está sumida España desde que se declarara la pandemia. Con un cinismo criminal y con el único objetivo de vender una supuesta recuperación que está muy lejos de llegar, el socialista Pedro Sánchez y el comunista Pablo Iglesias no han dudado en tergiversar cualquier dato para ocultar la realidad de las finanzas del país.

Las cifras de paro y afiliación registradas al cierre de 2020 son harto elocuentes. Y ni el Ejecutivo intoxicador ha podido alardear de los datos publicados esta semana por el Ministerio de Trabajo. El social-comunista no sólo ha terminado el año como el peor gestor de la crisis del coronavirus, sino con la deshonra de ser el que más rápido ha hundido la economía de su país y el que más ha deteriorado su mercado de trabajo.

En el último año, Sánchez e Iglesias han mandado a la cola del paro a 724.500 personas, lo que supone la mayor subida anual desde el calamitoso 2009, el peor ejercicio de la crisis financiera. En términos mensuales, que es la comparativa de la que tanto ha estado presumiendo el Gobierno en los últimos meses, también ha sido catastrófico. Así, con 36.825 desempleados más que en noviembre, el mercado laboral registra uno de sus peores datos de los últimos lustros. Diciembre es un mes tradicionalmente bueno para el empleo, ya que se disparan las contrataciones para la campaña de Navidad. Esta vez, como la única receta a la que son capaces de recurrir es la de cerrar el comercio, la hostelería o cualquier actividad a la que puedan responsabilizar de su ineptitud, el empleo lo ha pagado muy caro.

2020 cerró con la friolera de 3.888.137 desempleados, cifra que escalaría hasta los 4.532.557 sin el maquillaje inventado por el Gobierno de Zapatero, que excluye del SEPE a los parados que están realizando cursos de formación o a los que son demandantes de empleo con "disponibilidad limitada". Si sumamos las 755.613 personas que todavía continúan en ERTE –y que siguen denunciando impagos, a pesar de que el Gobierno tenga la desvergüenza de decir que no le "consta"–, el total se va más allá de los 5 millones. Por el lado de la Seguridad Social, 2020 registró 360.105 afiliados menos, lo que supone su mayor caída anual desde el ejercicio 2012.

El mercado laboral solo podrá remontar si el tejido productivo se recupera. Y para eso se necesita una política económica contraria a la que están perpetrando Sánchez e Iglesias, es decir, se necesita una política económica basada en la libertad y en la eliminación de trabas a la actividad empresarial. Si los social-comunistas continúan en el poder, la recuperación será incierta, dolorosa y, sobre todo, lenta.

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