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¿Hasta dónde han penetrado las criptomonedas en España?

Al igual que ocurre con otros activos financieros, las criptomonedas se operan también en los mercados extrabursátiles.

Al igual que ocurre con otros activos financieros, las criptomonedas se operan también en los mercados extrabursátiles.
Un mercado con más riesgos que los mercados tradicionales | Depositphotos

Las criptomonedas se han convertido en los últimos años (prácticamente desde que bitcoin saltó a todos los titulares al alcanzar por primera vez los casi 20.000 USD) en una de las formas de invertir y especular más utilizadas en el mundo, y en esta ocasión España se encuentra a la cabeza de Europa, de hecho, según la entrevista realizada por El economista al directivo de Bitpanda Alejandro Zala, hasta un 10 por ciento de los cerca de 50 millones de ciudadanos que habitan este país están invirtiendo en criptomonedas, resaltando que también se destina más dinero que en países con mayores rentas, como son los del norte de Europa, todo ello quizás explique el interés cada vez más acentuado de Hacienda por fiscalizar con mayor intensidad la posesión de estos activos por parte de los españoles.

Un tercio de los españoles esperan utilizarlas

Y es que aunque las cifras actuales sean buenas todavía pueden ser mejores, ya que si nos atenemos al Informe Anual de Banca Móvil de ING sobre los españoles, las criptomonedas y la relación de ambos para el futuro cercano obtenemos, entre otros, los siguientes datos; un 32 por ciento de los españoles esperan invertir en criptomonedas de aquí en adelante, hasta el 38 por ciento opina que es el futuro de los pagos (lo que quiere decir que las criptomonedas tomarán una importancia cada vez mayor en las transacciones con respecto a las monedas fiat) y un 37 cree que son el futuro de las inversiones.

Estos datos hermanan en cierta medida la relación de los españoles y las criptomonedas con la que están experimentando los hispanohablantes al otro lado del Atlántico, ya que a pesar de que Latinoamérica se ha subido al carro de las criptomonedas bastante más tarde que Asia, América del Norte y Europa, en los últimos años es la región del mundo donde más crece su uso, en parte porque las criptomonedas tienen más terreno que recorrer, pero también probablemente porque los latinoamericanos ven las criptomonedas como una forma de esquivar problemas endémicos en algunos países como puede ser una alta inflación, arquetipo de la cual es Argentina.

Un mercado con más riesgos

Así por lo menos lo están demostrando los movimientos en la cotización de toda criptomoneda que no sea una stablecoin, al fin y al cabo la segunda criptomoneda más capitalizada que es ethereum (hay mucha vida en el ecosistema cripto más allá de bitcoin) ha pasado de valer unos escasos 120 USD a los más de 1.900 USD que vale actualmente en menos de un año, y exactamente igual que sube con esta intensidad puede bajar con la misma fuerza, así que es como mínimo muy discutible que las criptomonedas puedan considerarse valor refugio como algunos defienden, pero desde luego son un activo especulativo muy atractivo para todo tipo de inversores, más si se tienen en cuenta las pobres rentabilidades que ofrecen los productos bancarios clásicos.

Y al igual que ocurre con otros activos financieros las criptomonedas se operan también en los mercados extrabursátiles (como lo son los creados por los brókeres de trading), con lo que utilizar el instrumento BTC/USD con brókeres como Plus500 para abrir posiciones apalancadas es posible en estos mercados al igual que se utiliza el precio de los futuros del petróleo o de cualquier par de Forex (el trader siempre debe tomar en consideración sin embargo la volatilidad del mercado en el que opera y el hecho de que el trading con margen implica riesgos altos).

Por último cabe destacar que la tenencia de criptomonedas en exchanges o en custodia propia conlleva riesgos que van más allá de los movimientos del propio activo que puedan dar al traste con la inversión, y son los robos mediante jaqueos, las estafas y las pérdidas de claves en el caso de la custodia por el propio poseedor (últimamente se ha hecho célebre la historia del informático que tiene una fortuna de decenas de millones de dólares en bitcoins atrapadas en un pendrive porque olvidó la contraseña que guardaba el acceso al mismo), que pueden dejar al inversor con un palmo de narices en caso de ser la desafortunada víctima, ya que las criptomonedas todavía necesitan por parte de las autoridades un reconocimiento y una legislación que están lejos de conseguir.

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