Ya está aquí, un año más, el Índice de Libertad Económica (ILE). El ranking de la Fundación Heritage, que mide el grado de apertura al capitalismo de casi 180 países, empezó a andar en 1995 y se ha convertido en una publicación de referencia para evaluar las políticas económicas y las reformas introducidas por los distintos gobiernos del mundo.
La divulgación del ILE en España corre a cargo del Instituto de Estudios Económicos. El think tank asociado a la CEOE ha recalcado durante el evento de presentación que España sigue situándose muy lejos de las posiciones de referencia, puesto que apenas alcanza el puesto 39 de la tabla, con una nota de 66,9 puntos sobre 100. De igual manera, si se estudia el ranking con la mirada puesta en la OCDE, podemos ver que España solo está en el número 26 de las 37 economías desarrolladas que forman parte de la organización.
Categoría por categoría, España recibe 76,4 puntos en "derechos de propiedad", 65,4 en "efectividad judicial", 70,3 en "ausencia de corrupción", 61,7 en "carga impositiva", 48,1 en "gasto público", 69,8 en "estabilidad presupuestaria", 66,3 en "libertad de empresa", 57,9 en "flexibilidad laboral", 83,5 en "estabilidad monetaria", 84 en "libertad comercial", 85 en "facilidades para la inversión" y 70 en "ausencia de intervencionismo en el sector financiero".
El informe divulgado por el IEE identifica la evolución de la libertad de empresa en los distintos países de la OCDE y sitúa a España en el puesto 32 de 37 países. Frente a un promedio de 76,8 puntos, nuestro país solo obtiene 66,3 puntos en dicho indicador. La comparativa también es desfavorable en relación con la UE-27, donde el promedio en la categoría de libertad de empresa de 73,5 puntos. Lo peor de todo es que la nota de España en esta categoría rondaba los 82 puntos al comienzo de la Gran Recesión, de modo que seguimos muy lejos de los niveles observados antes de la anterior crisis.
Desde 2021, el ILE no incorpora datos desagregados para Hong Kong, puesto que las autoridades chinas han limitado severamente la soberanía de la antigua colonia británica, rompiendo con su tradicional estatus excepcional. Esto ha despejado el camino para Singapur, que se consolida como la economía más liberalizada del mundo.
Nueva Zelanda y Australia comparten el podio de honor con Singapur. Es importante recalcar que, hace tres décadas, ambos países figuraban entre las economías más intervenidas de la OCDE. Sin embargo, las reformas aperturistas adoptadas desde entonces han sido tan exitosas que ambos países se han convertido ya en las democracias con más libertad económica.
El estudio evalúa el impacto de la pandemia según la apertura al capitalismo de los distintos países del mundo y encuentra que el número de casos acumulados por millón de habitantes es un 50% menor en las economías liberalizadas que en las que figuran en la zona media de la tabla. De igual modo, la tasa de mortalidad per cápita es un 20% más baja en los países con un sistema más compatible con el ideal del laissez faire.