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La paranoia de Kim Jong-un: prohíbe los vaqueros y los cortes de pelo occidentales por ser "venenos peligrosos"

El tirano ha aumentado la represión en su país y castiga hasta con penas de muerte a aquellos que lleven "símbolos del capitalismo".

El tirano ha aumentado la represión en su país y castiga hasta con penas de muerte a aquellos que lleven "símbolos del capitalismo".
Kim Jong-un saludando a sus tropas I Corea del Norte | Instagram

El dictador Kim Jong-un ha declarado una nueva guerra contra su población. No ha empleado misiles ni armas nucleares, pero sí ha acudido a severos castigos en campos de trabajo y hasta penas de muerte para todos aquellos norcoreanos que desobedezcan las nuevas normas de estilo y moda que ha implantado en el país.

El dictador está hecho una furia ya que las nuevas generaciones de jóvenes tienen un gran ansia por conocer lo que está sucediendo fuera del territorio controlado por los comunistas. Por ello, a finales de año elevó la represión y el joven tirano impulsó una nueva ley llamada de "pensamiento antireaccionario".

Bajo la nueva normativa, no se pueden visionar ni películas surcoreanas, ni llevar vaqueros, ropa, piercings y peinados o cortes de pelo que recuerden a los occidentales. Está terminantemente prohibido. Kim Jong-un quiere combatir "los símbolos del capitalismo", puesto que los considera un peligro que puede apoderarse de su país.

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Sobre ello, el periodista finlandés Mika Makelainen publicaba en su cuenta de Twitter varias fotos en las que mostraba los peinados que las autoridades de Pyongyang permiten a sus ciudadanos. Makelainen había hecho un viaje por Corea del Norte y se encontró que, en los salones de peluquería, aparecían en carteles cómo debían llevar el corte o peinado los norcoreanos. En total, tenían hasta 15 opciones y, curiosamente, no se encontraba el peinado de Kim Jong-un en el catálogo masculino.

"Venenos peligrosos"

El medio The Daily NK, una publicación en Internet con sede en Seúl y fuentes en Corea del Norte, informó que tres adolescentes habían sido enviados a un campamento de reeducación por cortarse el pelo como ídolos del K-pop y doblarse los pantalones por encima de los tobillos.

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Grupo surcoreano K-pop

Además, no hace mucho, según revelan, Kim Jong-un escribió una carta en los medios estatales pidiendo a la Liga Juvenil del país que tome medidas enérgicas contra el "comportamiento desagradable, individualista y antisocialista" entre los jóvenes. Quiere acabar con el habla extranjera, los peinados y la ropa que describió como "venenos peligrosos", transmite el medio.

Millones pasan hambre

Los analistas norcoreanos que filtran la información sostienen que el dictador militar comunista está tratando de evitar que la información externa llegue a la gente de Corea del Norte a medida que la vida en el país se vuelve cada vez más difícil. Se estima que, en estos momentos, millones de personas están pasando hambre y el país atraviesa uno de los peores momentos de su historia.

A principios de este año, después de la pandemia, el país se encontraba más aislado del mundo que nunca. El mismo Kim admitió que su pueblo se enfrentaba a "una de las más graves situaciones que tendrá que ser superada".

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Kim Jong-un

La paranoia del tirano

La situación de quiebra absoluta ha llevado a Kim Jong-un a querer cerciorarse de que sus ciudadanos no accedan a ningún tipo de información audiovisual que les haga ver la riqueza de ciudades tan cercanas para ellos como Seúl. La propaganda está siendo difundida por el Estado continuamente para controlar las mentes de los norcoreanos.

De hecho, los medios surcoreanos aseguran que la paranoia del dictador contra la cultura extranjera va en aumento. Su obsesión se eleva, dado que le cuesta controlar el contrabando entre los jóvenes de dispositivos de USB con películas de drama surcoreano.

Yoon Mi-so, una joven norcoreana que pudo huir del país y vive ahora en Seúl, cuenta que tenía 11 años cuando vio por primera vez a un hombre ejecutado por ser sorprendido viendo una película de Corea del Sur. Lo hacían a la vista de todos los vecinos, quienes habían sido previamente avisados de "vigilar" a los que "traicionaran" la orden de la prohibición de ver cintas de otros países. Los guardias norcoreanos se aseguraban de que todos supieran que la pena por el contrabando de videos ilícitos era la muerte.

"Tengo un fuerte recuerdo del hombre que tenía los ojos vendados, todavía puedo ver sus lágrimas fluir. Eso fue traumático para mí. La venda estaba completamente empapada en sus lágrimas. Le pusieron en una estaca, lo ataron y luego le dispararon", cuenta Mi-So en un reportaje sobre publicado en la BBC sobre el terror de vivir en Corea del Norte.

El mismo Daily NK publicó una copia de la ley de "pensamiento antireaccionario" de Kim: "Se establece que si un trabajador es capturado, el jefe de la fábrica puede ser castigado, y si un niño es problemático, los padres también pueden ser castigados. El sistema de monitoreo mutuo alentado por el régimen de Corea del Norte se refleja agresivamente en esta ley", declaró el editor jefe Lee Sang Yong a la BBC.

A este respecto, la intención del régimen de Kim es muy clara: destrozar cualquier fascinación que pueda tener un joven norcoreano por la música, estilo y forma de vivir occidental. Los comunistas estarían intentando crear una resistencia llena de chivatos contra "esa amenaza capitalista".

"Disparar a matar"

En esta línea, Choi Jong-hoon, uno de los pocos desertores que logró salir de Corea del Norte, comunicó a la BBC que "cuanto más difíciles son los tiempos, más severos se vuelven los reglamentos, las leyes y los castigos". El joven relata cómo salir del país se ha vuelto un imposible ya y la orden actual de Kim es de "disparar a matar" en la frontera estrictamente controlada.

Choi desvela a la cadena inglesa que visionar uno o dos dramas "no anulará décadas de control ideológico". Pero sí piensa que "en su país sospechan que la propaganda estatal no es la verdad. La gente de Corea del Norte tiene una semilla de agravio en su corazón, pero no sabe a qué apunta su agravio. Me siento desconsolado porque no pueden entender ni siquiera cuando se lo digo. Es necesario que alguien les despierte, les ilumine", concluyó su testimonio en la televisión británica.

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