Nuevamente la fragilidad del sistema digital, especialmente de los métodos de pago electrónico, se ha puesto de manifiesto con la caída de miles de páginas de Internet el pasado martes como PayPal, Amazon, Twitch, Reddit, The New York Times, Financial Times, Le Monde, Spotify o la web del Gobierno británico, entre otras.
Debido a la caída del sistema de Fastly, uno de los principales proveedores de la red de distribución de contenidos, este nuevo apagón se produce después de que en marzo ya cayeran las principales plataformas sociales en numerosos países —hasta más de 14 horas en algunas zonas— o de que un incendio hace algunas semanas en uno de los principales centros europeos de almacenamiento de datos en Estrasburgo pusiera en jaque la seguridad y la posibilidad de seguir operando de numerosas webs, e-commerce y un gran abanico de negocios digitales.
Tras estos nuevos incidentes, los expertos apuntan la importancia de mantener sistemas híbridos que combinen lo físico y lo virtual, sin darle predominancia ni a uno ni a otro aspecto, por el alto impacto que pueden tener en ámbitos como el financiero. La actual guerra al efectivo contribuye a una sobredependencia de los sistemas de pago digitales que como se ha evidenciado en diversas ocasiones presentan fallos e inseguridades en sus sistemas.
Así lo advierte también la población, que prefiere acudir al efectivo en momentos de crisis o incertidumbre, tal y como revela el incremento del efectivo en circulación en un 11% en 2020 respecto a 2019, según el BCE.
La coexistencia de los métodos digitales con el dinero físico, tal como aboga el Banco de España, cobra fuerza especialmente cuando las tecnologías siguen demostrando vulnerabilidades y el efectivo mantiene la preferencia del público y continúa protagonizando la gran mayoría de transacciones en la zona euro.