La actividad del sector servicios español se ralentizó ligeramente en el mes de julio en comparación con junio pese a registrar aumentos de pedidos y empleo y mantenerse en niveles elevados. Ello se debe, sin embargo, a que el registro de la actividad en el sexto mes del año marcó máximos no vistos en más de dos décadas.
El índice PMI de actividad comercial del sector servicios publicado por la consultora Markit se situó en julio en 61,9 puntos, por debajo de los 62,5 puntos de junio pero aún por encima de los 50 puntos que indican si se produce expansión o contracción.
El índice de Gerentes de los Servicios de Compras (PMI) mide el nivel de actividad de los gerentes de compra en el sector servicios en concreto. A través de encuestas, se realizan preguntas a los gestores de compra sobre si las condiciones de la industria y de negocio han mejorado, se han mantenido o se han deteriorado en comparación con el mes anterior.
Según los datos de julio, la actividad continúa en aumento gracias al incremento de pedidos, impulsados a su vez por la mejor situación sanitaria, incluyendo la demanda externa "a pesar de que se vio afectada por la expansión de la variante delta de la covid". Precisamente el temor a nuevas olas del coronavirus lastró la confianza en el futuro, que cayó a su mínima de cuatro meses pese a los niveles altos, animada por el retroceso de la pandemia y la vacunación.
En julio aumentaron las cargas de trabajo, que llevó a aumentar las plantillas por cuarto mes consecutivo junto con la reapertura de negocios. De igual modo, aumentaron también los precios tanto de compra como de venta.
La financiación, clave para el sector servicios
A la hora de expandir la actividad y de asimilar estos aumentos en los pedidos y plantillas, la disponibilidad de recursos por parte de los negocios resulta fundamental para el mantenimiento de los niveles positivos del sector.
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