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Las contradicciones de Pedro Castillo mantienen en vilo la economía de Perú

El mandatario, apoyado por la izquierda española y el foro de São Paulo, mantiene un discurso populista tanto en el ámbito económico como social.

El mandatario, apoyado por la izquierda española y el foro de São Paulo, mantiene un discurso populista tanto en el ámbito económico como social.
Pedro Castillo, en la ONU esta semana | EFE

Pedro Castillo ganó las elecciones presidenciales del Perú el pasado 28 de julio de 2021. Desde entonces, su figura ha despertado sentimientos encontrados entra la opinión pública nacional e internacional. Y no solo por su ajustada victoria (50,13% de los votos frente a su oponente Keiko Fujimori), sino por el radical y controvertido discurso que el mandatario ha mantenido desde que se presentó a los comicios.

El partido con el que concurrió a las elecciones, Perú Libre, se autodefine como marxista-leninista y está adscrito al Foro de São Paulo, por lo que mantiene estrechas relaciones con regímenes como el chavista y castrista. Por otra parte, todo apunta que el gobierno encabezado por Pedro Castillo guarda vínculos con el grupo terrorista marxista Sendero Luminoso, tal y como mostró Libertad Digital.

El nivel de aprobación de Pedro Castillo se mantiene en niveles bajos, en torno al 40%, según una reciente encuesta del Instituto de Estudios Peruano. Además, casi 6 de cada 10 peruanos consideran que su presidente no está calificado para gobernar. Por otro lado, junto a este aparente descontento, el jefe de gobierno debe enfrentarse también a las fuerzas de la derecha, que aún mantienen la mayoría en el Congreso de la nación.

La principal propuesta del mandatario peruano ha sido la reforma de la Constitución con el objetivo de un cambio de modelo en el país. Para ello, el congresista Guillermo Bermejo, investigado por terrorismo, ha impulsado una campaña de recogida de firmas para forzar un cambio constitucional al margen del Parlamento. El objetivo es lograr dos millones y medio de apoyos para que "el pueblo del Perú pueda escoger si quiere o no una nueva Constitución", afirmó Bermejo. Además, el plan cuenta con el apoyo del expresidente boliviano Evo Morales. "Yo saludo los gritos de la Asamblea Constituyente. Les digo a los jóvenes que encabecen la Asamblea Constituyente", dijo Morales durante un acto organizado por el partido de Castillo el 25 de septiembre en la ciudad peruana de Arequipa.

Antiliberal en lo económico

Otra de las propuestas más destacadas ha sido la de intervenir el sector energético nacional, especialmente el yacimiento de gas de Camisea, el más importante del país. "No vamos a permitir que gente insensible a las necesidades del pueblo nos ponga la agenda porque hemos venido a comprarnos el pleito, justamente con el pueblo, para darle salud, educación, agricultura a nuestro pueblo", subrayó Castillo en declaraciones recogidas por la cadena RPP. De igual forma, el primer ministro, Guido Bellido, aseguró que el sector energético "tiene que estar en manos del Gobierno".

Además de estas medidas, el Gobierno de Castillo abogará por eliminar el sistema de pensiones de capitalización, disparar el gasto público en educación o elevar los impuestos al sector privado.

Una de las consecuencias de este clima de incertidumbre ha sido la degradación de los bonos peruanos por parte de Moody’s, hasta el nivel Baa1. Un comunicado de la agencia detalló que ese entorno "ha aumentado el riesgo y la capacidad de formulación de políticas"

Por otro lado, un informe publicado por Bloomberg Intelligence asegura que "la creciente preocupación por las políticas económicas y un entorno menos favorable a las empresas son un obstáculo". El mismo documento explica que "las preocupaciones sobre las salidas de capital y la estabilidad financiera respaldan los aumentos" en la inflación y los tipos de interés; y, pese a que la consultora recomienda reducir el déficit del país, espera que este "aumente los niveles de deuda".

Para tratar tranquilizar los ánimos del sector privado e inversor, el mandatario se reunió recientemente con los empresarios de la Cámara de Comercio de EEUU y la Cámara de Comercio Americana del Perú. "No hemos venido a ahuyentar los capitales, las inversiones; vamos a invertir al Perú con confianza, sin dudas y sin temores. El Perú es enorme, tiene climas distintos, productividad, es necesario ser una sola familia, que el Perú entienda que un Estado sin inversión privada no puede salir adelante", afirmó Castillo, quien aseguró que su gobierno "no ha llegado para expropiar a nadie".

Este aparente cambio de discurso, sin embargo, carece de credibilidad, dadas las reformas planteadas por él mismo y su gobierno. En cualquier caso, Pedro Castillo no parece tener muy claro qué es lo que realmente defiende en términos económicos, tal y como se ha puesto de manifiesto en muchas de sus declaraciones y entrevistas. Algunos de los momentos más sonrojantes tuvieron lugar en una entrevista preelectoral con el periodista Diego Acuña. En esta, el político mostró su ignorancia sobre conceptos económicos como el monopolio, no supo distinguir entre ingresos y beneficios, planteó medidas como impagar la deuda exterior o crear un entramado de empresas públicas siguiendo el modelo de estado empresario y puso como modelo para el Perú a países tan antagónicos como Bolivia y Singapur.

Conservador en lo social

Por si todo fuera poco, el presidente peruano también mantiene una línea marcadamente antiliberal en el plano social. Castillo se muestra contrario al matrimonio igualitario, la eutanasia o la despenalización de la marihuana. También ha defendido la expulsión de inmigrantes, y el servicio militar obligatorio para jóvenes que no estudien ni trabajen.

Pese a que la izquierda española no dudaría en calificar todas estas medidas como de extrema derecha, lo cierto es que es que ha sido precisamente esta izquierda la que ha defendido efusivamente a Pedro Castillo. De esta forma, Esquerra Republicana felicitó "al maestro Pedro Castillo y a Perú Libre por su victoria electoral" y al pueblo peruano "por haber apostado por una opción de progreso y justicia social". Por su parte, la ministra Yolanda Díaz declaró que "la toma de posesión de Pedro Castillo es una brizna de esperanza para Perú y América Latina. Es una oportunidad para la democracia la elección de un presidente que viene de abajo". También Juan Carlos Monedero felicitó a Castillo por tener "un discurso desde abajo, para los de abajo, amable con los débiles y firme con los poderosos".

En definitiva, aún está por ver si la presidencia de Castillo supondrá un cambio de rumbo en el buen hacer de Perú en los últimos años. Un país que ha visto cómo su nivel de apertura al capitalismo se ha acelerado desde los años 90, con la consiguiente mejora en los indicadores de bienestar. Sin embargo, todo hace prever que las ideas de la libertad y el progreso quedarán amenazadas al menos durante un tiempo.

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