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¿Quién sucederá a Angela Merkel?

"Los más optimistas creen que Alemania no tendrá gobierno hasta Navidad", señala Rainer Zitelmann en una entrevista con LM.

"Los más optimistas creen que Alemania no tendrá gobierno hasta Navidad", señala Rainer Zitelmann en una entrevista con LM.
Angela Merkel | EFE

Las elecciones generales celebradas el pasado domingo en Alemania arrojaron un resultado muy ajustado, obligando a las distintas fuerzas políticas a trenzar complejas negociaciones para formar gobierno. Libre Mercado habla con el analista económico y político Rainer Zitelmann, colaborador de este diario, para comentar la difícil situación que enfrenta la "locomotora" económica europea.

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"Alemania votó el domingo, pero aún no está claro quién sucederá a Angela Merkel como canciller. Los democristianos, ahora liderados por Armin Laschet, han salido enormemente debilitados, pero intentarán retener la cancillería. Los socialdemócratas, con Olaf Scholz a la cabeza, les han superado con poca diferencia, apenas 1,6 puntos porcentuales. Pero hay una cosa que está claro: no habrá un frente de izquierdas, un gran gobierno socialista. Esa era la principal preocupación de los empresarios y de los inversores nacionales e internacionales", explica el autor de "El capitalismo no es el problema, es la solución".

El experto teutón recuerda que "en Alemania hay tres partidos de izquierda, que son los socialdemócratas del SPD, los ecologistas agrupados en Los Verdes y el viejo partido comunista que se hace llamar La Izquierda. Pues bien, la suma de escaños que han logrado es de 363 representantes, pero para gobernar juntos necesitaban 368 diputados. El SPD ha mejorado su resultado en 5,2 puntos porcentuales desde 2017, hasta llegar al 25,7%, mientras que Los Verdes han incrementado su respaldo en 5,9 puntos porcentuales, logrando un 14,8%. Pero lo interesantes es que el partido de extrema izquierda pierde 4,3 puntos y se queda en el 4,9%. Existe una regla en Alemania según la cual es necesario superar el 5% para entrar en el Parlamento pero hay "letra pequeña" y, por varias excepciones que sí se dan, los comunistas sí van a retener su representación, aunque han estado a punto de desaparecer. Están en contra de la OTAN, defienden un IRPF máximo del 75%, quieren gravar el Patrimonio a una tasa del 5%, etc. Por tanto, son un partido muy radical y es fundamental que su influencia siga siendo lo más mínima posible".

Respecto a la CDU y sus socios bávaros de la CSU, Zitelmann opina que "se han movido hacia la izquierda bajo el liderazgo de Merkel. Han perdido 8,9 puntos, puesto que su resultado ha caído al 24,1% en relación con los comicios de 2017. Es el peor resultado que ha logrado la coalición CDU/CSU en la historia de la República Federal de Alemania. En 2013, obtuvieron el 41% de los votos de modo que la erosión de su electorado es evidente".

Un resultado del acercamiento de la CDU/CSU a las políticas de centro-izquierda que defienden los socialdemócratas y Los Verdes, fue "el nacimiento de Alternativa por Alemania. La formación, que sigue moviéndose significativamente más hacia la derecha, ha perdido 2,3 puntos y se ha quedado en un 10,3%. Los demás partidos se niegan a llegar a acuerdos con ellos, por ser considerados de extrema derecha, de modo que la gobernabilidad depende de otras formaciones".

En cuanto a los liberal-demócratas del FDP, liderados por Christian Lindner, su resultado es del 11,5%, lo que supone una mejora de 0,8 puntos con relación al año 2017. Según el empresario, columnista y doctor en Historia y Sociología, "les va especialmente bien entre los menores de 30 años, puesto que tienen el 20% de los votos de este grupo de edad, casi tantos como Los Verdes, que obtienen el 22%. En cambio, tanto los socialdemócratas como la CDU/CSU beben, principalmente, de votantes de mayor edad".

Dados los resultados electorales, "no es imposible que se reedite la Gran Coalición, pero para ello será necesario que socialdemócratas y democristianos logren acuerdos que ahora mismo parecen complejos. Por eso el escenario que más se plantea es, o bien el de una coalición con los colores de la bandera de Jamaica, es decir, con la CDU/CSU, Los Verdes y el FDP, o bien el de una alianza con los colores del semáforo, es decir, los socialdemócratas, Los Verdes y el FDP. En uno y otro caso, vemos que estarían representados en el gobierno los ecologistas y los liberal-demócratas, de modo que la clave es saber quién sabrá reunir su apoyo, los socialdemócratas o los democristianos".

"Aunque se evitó un frente de izquierdas, está claro que Alemania se está desplazando más hacia ese flanco. Incluso en las filas de la socialdemocracia, que tiene una línea moderada, hay medio centenar de jóvenes diputados que han crecido al amparo de Kevin Kühnert, una de las figuras más radicales del partido, que en el pasado ha defendido la nacionalización de grandes empresas como BMW y ha declarado que todas las viviendas de alquiler deberían ser propiedad del Estado. A esto hay que sumarle otras figuras relevantes del partido, como Saskia Esken y Norbert Walter-Borjahns, también escoradas a la izquierda. Es cierto que su cabeza de cartel era el moderado Olaf Scholz, que de hecho ha captado cierto voto entre antiguos votantes de Merkel", explica.

La vivienda en Berlín, bajo acoso

Al mismo tiempo que las elecciones federales, también se celebraron elecciones estatales en la capital, Berlín. En este caso, es importante recordar que "los tres partidos de izquierda (el SPD, los Verdes y los comunistas) ya han gobernado en Berlín durante los últimos cuatro años. Esta vez, han sumado el 54,3% de los sufragios".

La intervención del mercado de vivienda está en el corazón del programa de gobierno de la izquierda berlinesa: "El año pasado, aprobaron una ley que obligó a los propietarios de Berlín a reducir los alquileres, quedando prohibido cualquier aumento de precio durante los siguientes cinco años. Pero, finalmente, la ley fue declarada inconstitucional por el Tribunal Supremo, de modo que han buscado nuevas fórmulas de intervenir la vivienda".

Ahora, el acoso a la propiedad llega por vía de un referéndum. Así, el pasado domingo "se pidió a los votantes de Berlín que decidieran si las empresas de vivienda que posean más de 3.000 apartamentos deben ser nacionalizadas. El resultado fue que el 56,4% de los berlineses que acudieron a las urnas (alrededor del 18% de la población de la ciudad) votó a favor de la expropiación de tales empresas. Sin embargo, todavía no está claro si la propuesta de referéndum se promulgará a través de una ley y, si así fuese, tampoco parece claro que los tribunales vayan a avalar una norma de estas características".

Así, "junto al alivio de que se haya evitado un gobierno socialista a nivel nacional, todavía existe la preocupación de que el derecho a la propiedad en Alemania está dejando de ser respetado. De hecho, algunos inversores inmobiliarios extranjeros ya se refieren despectivamente al mercado de la vivienda en Berlín como la "Pequeña Venezuela" alemana".

Faltan meses para que se forme gobierno

"Pueden pasar varios meses antes de que se forme un nuevo gobierno en Alemania. Los más optimistas esperan que se establezca el nuevo gabinete de coalición en torno a las fechas de Navidad. Una coalición entre CDU/CSU, FDP y Los Verdes sería el menor de todos los males posibles, pero no tendría las cosas fáciles", explica Zitelmann.

A nuestro invitado le preocupa "que se exacerben los errores de la política energética de Merkel, que persigue la eliminación simultánea del carbón y la energía nuclear. El Wall Street Journal ha llegado a decir que la agenda energética alemana es la más absurda del mundo. Por otro lado, hay otros problemas latentes, como las consecuencias de la inmigración masiva y descontrolada de los años 2015-2016, las crecientes intervenciones del Estado en ramas de la industria como la automovilística, el atraso en materia de digitalización, los elevados impuestos sobre el trabajo, etc".

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