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José T. Raga

Si no es, lo parece

¿Es casual lo de los 18 años cumplidos en 2022, coincidente con la edad que faculta para ejercer el voto?

Quizá sea una conclusión errónea, pero en el anteproyecto de PGE recientemente aprobado hay cuestiones que me turban: ¿puede haber rasgos de tráfico humano?

Por tráfico humano entiendo no sólo la compraventa de personas, sino cualquier negocio ilícito en que el beneficiario –material o inmaterial– sea una persona y el perjudicado otra persona, a la que se ha arrebatado algún derecho humano o se le ha privado por influjos evidentes de la capacidad de decidir libremente.

Recordemos aquella escena bíblica entre los hermanos Esaú y Jacob; el texto dice así:

Jacob estaba preparando un potaje (…) Esaú dijo a Jacob: "Dame un bocado de ese potaje rojo, pues estoy agotado" (…) Jacob respondió: "Véndeme ahora mismo tus derechos de primogenitura". Esaú replicó: "Estoy a punto de morir, ¿de qué me sirve la primogenitura?". Jacob le dijo: "Júramelo ahora mismo". Él se lo juró, y vendió a Jacob su derecho de primogenitura".

¿No veríamos aquí un vicio de voluntad en Esaú como para invalidar la venta?

Días atrás, en estas mismas páginas, consideraba que los trabajadores habrían vendido su dignidad por 15 euros, el incremento del SMI; incremento que, según el Sr. Sánchez, se hacía por la dignidad del trabajador.

Hoy, ante el anteproyecto de PGE, me surgen también cuestiones que me inquietan. Anticipo que no importa tanto que el resultado sea el pretendido por la parte dominante; basta su intención y acción.

¿Qué se pretende con el obsequio de 400 euros a los jóvenes que cumplan 18 años para la compra de libros o para la asistencia a actividades artísticas? ¿Es casual lo de los 18 años cumplidos en 2022, coincidente con la edad que faculta para ejercer el voto?

¿También es casual que el llamado bono joven de alquiler, por 250 euros mensuales y por dos años, abarque candidatos desde los 18 hasta los 35 años con un salario inferior a 23.725 euros?

El motivo de esta ayuda, se dice, es la emancipación. Si se trata de liberarse de la patria potestad, ¿quién ha permitido al presidente inmiscuirse en la familia? Si es para liberarse de cualquier otra dependencia, no creo que se consiga por esos 250 euros.

Si consideramos que por 250 euros adicionales será difícil emanciparse, y aun suponiendo que con los 400 euros se acudiese a manifestaciones culturales/artísticas, poca emancipación y poca cultura conseguirá el beneficiario.

En ambos casos, de momento, derroche de dinero que le cuesta mucho ganar al honesto contribuyente, a quien no visitan los Magos. Distinto sería si, en lugar de atribuir recursos a tales monsergas, se reconociera que de lo que se trata es de influir en la opinión del votante, como verdadera y única motivación.

Con o sin éxito, el propósito, estaría claro y yo, tranquilo. Hoy, inquieto, solo veo un intento de eso que llamo posible tráfico humano –privación del discernimiento libre– a cambio de un precio.

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