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Magnesita, la riqueza española que desafía a China y podría perderse por presiones ecologistas

La empresa minera MAGNA denuncia escraches por parte de grupos ecologistas y partidos políticos.

La empresa minera MAGNA denuncia escraches por parte de grupos ecologistas y partidos políticos.
Mineral de magnesita. | MAGNA

España es uno de los pocos países europeos en los que existen depósitos de magnesita, un mineral esencial para la industria, la ganadería y la agricultura. Aunque la mayoría procede de China, España genera la cuarta parte de la producción mundial. Sin embargo, toda esta fuente de riqueza mineral se ve amenazada por las presiones de grupos ecologistas y partidos políticos que se oponen por sistema a la minería a pesar de que es una de las actividades económicas más controladas de nuestro país. La consecuencia es que dependemos de terceros países con nulos escrúpulos ecológicos y sufrimos crisis de suministros cada vez que deciden cerrar el grifo.

Los principales yacimientos de magnesita están en China, Corea del Norte, Brasil, Rusia, Grecia, Austria y España. En nuestro país hay tres minas (Lugo, Navarra y Soria) de donde salen cada año 325.000 toneladas de magnesita con las que se elabora el óxido de magnesio necesario para producir productos refractarios para la fabricación de acero, piensos de animales y fertilizantes. Además, el óxido de magnesio también se utiliza para la purificación del agua y la retención de metales pesados en tierras contaminadas.

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Mineral de magnesita

"Somos un proveedor crítico y esencial para toda la industria siderúrgica, nacional y europea", explica Jorge Baños, director general adjunto de Magnesitas Navarras (MAGNA). "Cada año se producen en todo el mundo 13 millones de toneladas de óxido de magnesio. De ese total, España produce 325.000 toneladas. Abastecemos prácticamente toda la demanda de producto refractario que tiene España. También abastecemos al resto de Europa cuando China no tira los precios y ocupa el mercado. Además, estamos exportando a 60 países".

El material refractario puede resistir temperaturas de entre 600° y 1500° y es necesario en la industria vinculada a los hornos de fusión, altos hornos o los moldes de fundición. También se utiliza en la vida cotidiana como revestimiento para chimeneas, barbacoas, cocinas…

Según Baños, los "impedimentos, costes, restricciones y regulaciones" suponen una gran incertidumbre a la hora de plantearse abrir una mina en España o en la Unión Europea. Además, está la opción de importar producto chino que puede resultar más barato. "China protege los mercados, impide la exportación de materias primas y compra minas en África donde el coste laboral y el riesgo medioambiental no están controlados", explica Baños.

"Si en España hay un accidente en una mina, te la paralizan. Por eso trabajamos en la prevención, para no tener ningún problema. Pero ese dumping medioambiental y laboral que nos está haciendo China, ya se está replicando en África. Así que deberíamos aprovechar la suerte de tener los yacimientos en España, porque el óxido de magnesio es esencial y no tiene sustituto".

"Nos han hecho escraches"

Magnesitas Navarras lleva tres años trabajando en la presentación de un nuevo proyecto minero ubicado también en la comunidad foral. Durante este tiempo se han reunido con ayuntamientos, vecinos, cazadores, montañeros, casas rurales y todo tipo de grupos de interés. A pesar de ello, explica Baños, "ha habido grupos ecologistas y partidos políticos que no han querido ni siquiera recibirnos". Además de la oposición por sistema a la actividad minera, Baños también denuncia que han intentado boicotear el proyecto.

"Hemos tenido varias charlas informativas con ganaderos para informar del proyecto y proponer soluciones a su actividad mientras la mina se esté explotando. Y hemos sufrido escraches en la puerta de los salones donde explicábamos nuestro proyecto de grupos ecologistas y partidos políticos que querían impedir que los ganaderos viniesen a informarse. Esto pasa hoy en día en España. Y espero que la opinión pública sea capaz de identificar a los del no por el no."

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Magnesita, la riqueza española que desafía a China, podría perderse por presiones (prejuicios) ecologistas

Baños asegura que, a este paso, la industria quedará estrangulada y Europa acabará viviendo a merced de los mercados internacionales: "Si no explotamos los recursos naturales, obviamente de forma responsable y con la regulación más estricta del mundo (que es lo que tenemos ahora mismo), la sociedad tendrá que asumir que perderá mucho bienestar. Es más, la transición ecológica es imposible sin la minería. ¿De dónde salen las baterías de litio de los coches eléctricos? La cuestión aquí es que necesitamos la minería, pero la queremos donde no la vemos. No queremos ver a niños africanos extrayendo coltán en condiciones lamentables, no queremos una mina cerca del pueblo, pero queremos seguir teniendo móviles, ordenadores, fibra de vidrio...", denuncia Baños.

Convenio de buena vecindad con Borobia

La empresa de magnesitas ha afrontado una nueva campaña en contra después de que un vecino del municipio de Borobia (Soria) acusase a la mina de "destrozar el asfaltado" y "agrietar las casas" debido al paso de los camiones, según declaró a El Confidencial. "El señor que protesta por una mina en Borobia vive en una casa restaurada con el dinero que genera el convenio que hemos firmado con el ayuntamiento", señala Baños.

Con respecto a las carreteras, explica Baños, se ha realizado una circunvalación que está pendiente de terminar porque los propietarios no quieren vender sus terrenos, de modo que los camiones se ven obligados a circular por el pueblo, algo que es legal. Y con respecto al daño en las casas, la empresa contrató a varios peritos que constataron que las grietas eran anteriores a la apertura de la mina, señala Baños.

"Hemos cumplido con todas las exigencias técnicas, medioambientales, industriales... y, a pesar de que no estamos obligados, hemos firmado un acuerdo con el ayuntamiento para favorecer el desarrollo del pueblo y como muestra de buena vecindad. Según ese convenio, parte del dinero anual resultante de la actividad minera se da al pueblo para que lo destine a infraestructuras, obras sociales, etc. Y lo que estamos viendo es que el Ayuntamiento no está comunicando a la vecindad de dónde viene ese dinero y a dónde va".

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