Las empresas españolas muestran un nivel de confianza en las perspectivas tanto de la situación macroeconómica como las de su propia compañía superiores a las de la media de la Unión Europea y de la Eurozona, según la Encuesta de Perspectivas Empresariales 2022, elaborada por la Cámara de Comercio de España en colaboración con las Cámaras de Comercio europeas.
En dicha encuesta, en la que se ha preguntado a 52.000 empresas sobre sus perspectivas de futuro —de las que son 2.287 españolas— las compañías españolas muestran un mayor grado de optimismo en todos los indicadores, salvo en el de empleo.
Así pues, la diferencia entre el porcentaje de empresas que prevé aumentar sus ventas en España y sus exportaciones y el porcentaje que espera una disminución en ambas variables duplica la media europea, con un saldo de 36,8 puntos de las empresas españolas frente a 16,9 de las europeas, y saldo de 32,9 puntos frente a 17,2, respectivamente.
En lo relativo a la inversión, la diferencia entre las expectativas es menor, pero también en este caso las compañías españolas son más optimistas, con un saldo de 17,9 puntos frente a 15,2 puntos.
Este optimismo de las empresas españolas se encuentra en la línea de las previsiones de crecimiento del 5,5% para 2022 publicadas por la Cámara de Comercio de España, aunque se considera que esta evolución estaría sujeta a mucha incertidumbre y distintos condicionantes, como las dificultades de abastecimiento de bienes, componentes y materias primas, el comportamiento de los precios de la energía y otras materias primas o el ritmo de ejecución de los fondos europeos Next Generation.
A pesar de esta situación, el Gobierno no ha movido ni un ápice las previsiones sobre las que sustenta los PGE y mantiene en el 6,5% su previsión de crecimiento para este año y en el 7% para 2022, unas cifras casi imposibles de cumplir.
Precisamente, los precios de la energía y materias primas son considerados por las empresas españolas como el principal condicionante de su actividad para 2022, seguido por los costes laborales. Así lo señalan seis de cada diez empresas encuestadas (el 62,8% en el caso de los precios energéticos y el 59,1%, en relación con los costes laborales). También la subida de precios de la energía y las materias primas resulta ser la principal preocupación de las empresas a nivel europeo para el próximo año (un 45,3% de los encuestados), seguida igualmente de la escasez de personal cualificado (un 42,7%).
Siguiente paso para 2022: financiación
Las empresas españolas lo tienen claro. Tras la mejora de los resultados esperados en 2021, y pese a las posibles amenazas que sufre hoy el sector empresarial —como el encarecimiento de la luz y las materias primas, la inflación, la crisis de suministros o el mercado laboral—, las empresas deben preparar el terreno de cara al próximo año y la mejor manera de hacerlo no es otra que financiarse.
En un contexto como este de un esperado aumento de la actividad, la liquidez resulta fundamental bien de cara a la inversión y de impulsar el negocio, bien para garantizar una saludable situación financiera y mantener la estabilidad lograda. Además, gracias a entidades de financiación alternativa como Gedesco, la concesión de préstamos a empresas, lejos de suponer un mal trago, diversifica las líneas y proporciona una total libertad e independencia de crédito propias de la financiación alternativa a los negocios, sean del tamaño que sean, en el corto, medio y largo plazo.