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José María Rotellar

La cara oculta de la EPA del cuarto trimestre: el desánimo de los ciudadanos maquilla las cifras

Como elemento muy preocupante, podemos observar el descenso del número de activos que disminuyen en 158.900 personas en el trimestre.

Como elemento muy preocupante, podemos observar el descenso del número de activos que disminuyen en 158.900 personas en el trimestre.
Una persona pasa por delante de una Oficina de Empleo ubicada en la capital, en Madrid | Ricardo Rubio / Europa Press

Si observamos los datos de la EPA del cuarto trimestre de 2021, en apariencia parecen positivos: crece el empleo y desciende el paro, elementos que siempre hay que celebrar. Sin embargo, nos encontramos con algunos elementos que hacen que tengamos que ser muy cautos frente a dichos registros, porque de positivos no tienen nada.

Como elemento muy preocupante, podemos observar el descenso del número de activos, al disminuir en 158.900 personas en el trimestre. Eso denota un desánimo por parte de los ciudadanos a la hora de buscar empleo, derivado de un empeoramiento de expectativas y equivale a la mitad del descenso de paro trimestral.

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En tasa interanual, el crecimiento de los activos se ralentiza: si hace un año crecía interanualmente un 1,27%, ahora lo hace sólo un 0,97%.

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Y esa ralentización en la tasa interanual de actividad no deja de descender desde el segundo trimestre de 2021, lo que muestra el desánimo que se va instalando entre los ciudadanos por empeoramiento de expectativas.

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Por otra parte, la creación de empleo trimestral se ralentiza, al pasar de aumentar de 359.300 personas en el tercer trimestre a 153.900 menos en el mismo período de este año, es decir, 200.000 empleos menos generados respecto al trimestre anterior.

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Eso son casi 14.000 empleos menos de los que se creaban trimestralmente en el mismo trimestre de 2020 (167.400).

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Es obvio que en 2020 habían operado muchas más restricciones que en 2021, pero las de este ejercicio no han sido pocas, con la diferencia de que ahora, pese a recuperar algunas, no son tan duras -no hay limitación de horarios ni toque de queda- mientras que hace un año sí imperaban esas medidas más duras, con lo que el peor comportamiento respecto al cuarto trimestre de 2020 es todavía más preocupante.

Andalucía y Madrid tiran del empleo

Adicionalmente, ni siquiera el Gobierno puede festejar en solitario el incremento de empleos, pues la mayoría de empleos creados en el trimestre se dan en primera posición en Andalucía (102.300 ocupados más) y en tercera posición en Madrid (46.300 ocupados más). Es decir, entre ambas suman casi tantos ocupados como todos los creados a nivel nacional en el trimestre. Del mismo modo, Andalucía también lidera la creación de empleo interanual, con 166.800 ocupados más.

De la misma manera, en esa creación de empleo sigue teniendo un peso importante el aumento de empleo público en términos interanuales, ya que de los 840.700 empleos creados en tasa interanual, el 11,47% corresponde al sector público (96.400 ocupados). Eso muestra que una parte importante de ese incremento no viene derivado por una mayor actividad económica, sino por una decisión que no es del mercado.

Así, la tasa interanual de creación de empleo va perdiendo fuerza: pasa del 5,72% en el segundo trimestre de 2021 al 4,35% en el cuarto.

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De esta manera, no sólo es menos intensa la creación de empleo real registrada, sino que al incrementarla con empleo público el gasto de dicho sector aumentará más y de forma estructural, que sólo contribuirá a empeorar el abultado déficit estructural (más de un 5%) que tiene la economía española en estos momentos.

Por sectores, el empleo baja en la construcción en 7.700 personas trimestralmente, que constituye un signo negativo al ser dicha rama de actividad un indicador adelantado, al que se une una conjunción de factores que puede ralentizar mucho su actividad, como es la crisis de suministro, debido a los cuellos de botella, la inflación ligada a ello y a los costes energéticos, y una pérdida de poder adquisitivo de las familias, que junto a un empeoramiento de expectativas retraigan la inversión en vivienda.

El paro baja en 312.900 personas en el trimestre y la tasa de paro se sitúa en el 13,33% de la población activa. También ese descenso lo lideran Andalucía (87.500 parados menos) y Madrid (62.900 parados menos). Es decir, la mitad de la bajada del paro trimestral se debe a ambas regiones.

La industria ve cómo se incrementa el paro en dicho sector en 8.000 personas en términos trimestrales. El alza de costes de la energía estrangulan al sector y está empezando a sufrir las primeras consecuencias de que el Gobierno no aplique una política energética eficiente, que apueste por la energía nuclear y que permita a la industria ser, así, competitiva.

Todo ello, confiere un carácter a esta EPA nada positivo, ya que subyacen muchos elementos que muestran que su trayectoria es preocupante, al marcar un deterioro del mercado laboral español en muchos ámbitos.

Si a ello le sumamos la obcecación del Gobierno en llevar a cabo su contrarreforma laboral y empeorar la de 2012, que ha permitido contar con un marco del mercado de trabajo más flexible; si le sumamos los cuellos de botella que están aumentando los precios y empobreciendo a los ciudadanos, especialmente con los costes energéticos por una política equivocada del Gobierno en materia de enería, que también paraliza la producción de muchas industrias; y si le sumamos el desequilibrio presupuestario, con un proyecto de Presupuestos Generales del Estado basado en un cuadro macroeconómico superado por optimista, el panorama es preocupante.

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