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La estrategia de Amazon para convertir a los comerciantes de los pueblos en sus repartidores

La empresa ha conseguido reducir los costes logísticos y de almacenamiento ofreciendo nuevas oportunidades a los propietarios de comercios locales.

La empresa ha conseguido reducir los costes logísticos y de almacenamiento ofreciendo nuevas oportunidades a los propietarios de comercios locales.
Furgoneta de reparto de Amazon. | Unsplash/Andrew Stickelman

Amazon está ofreciendo a los propietarios de comercios rurales la posibilidad de convertirse en distribuidores con el objetivo de "llenar de oportunidades la España vaciada". Por el momento, la empresa de comercio electrónico ya ha puesto en marcha este proyecto en tres establecimientos de tres pequeños municipios andaluces.

De este modo, los comerciantes rurales pueden obtener unos ingresos extra repartiendo los pedidos de sus propios vecinos y Amazon, a cambio, extiende sus redes por todo el país con una estrategia brillante que le permitirá abaratar costes de reparto, optimizar las rutas y disponer de centros logísticos de almacenamiento y distribución en todos los pueblos a cambio de un coste muy reducido.

Ana Gallardo es una de las nuevas tenderas repartidoras y desde el pasado mes de septiembre compatibiliza su nueva actividad con su trabajo en la papelería y agencia de viajes El Detallito en el pueblo sevillano de Los Corrales, con menos de 4.000 habitantes. "La paquetería actualmente es un boom. Y a los comercios pequeños nos está afectando, pero es lo que hay y hay que ir adaptándose y evolucionando", explica Ana.

"Recibimos un ingreso extra que nos está ayudando porque la agencia de viajes ha sido un caos total con la pandemia y la papelería, como que tampoco. En mi tienda solo tengo unas diez mochilas diferentes. Pero en Internet hay miles de modelos y te las traen a tu casa. Es más, yo te la llevo a tu casa. De hecho, hay veces que veo el paquete y por el tamaño ya sé que es un libro, pero al menos, gano algo con el reparto", señala Ana.

Ella insiste en que es necesario adaptarse y está encantada con la nueva oportunidad: "Yo llevo 22 años en el mismo trabajo, que está a 50 metros de mi casa. Mi vida era de mi casa al trabajo, al colegio de los niños y al supermercado. Ahora aprovecho el reparto para hacer turismo por mi pueblo. Me gusta ir andando, a no ser que el paquete sea pesado. La gente se mete en la aplicación y pueden ver si soy yo la que reparte. Así que se ponen en contacto conmigo para decirme a qué hora van a estar en casa o si prefieren recogerlo en mi tienda".

Amazon reduce los costes logísticos

Esta es una de las grandes ventajas del nuevo modelo de negocio de Amazon. El repartidor de cualquier otra compañía debe devolver el paquete a la central si no consigue entregarlo, lo que a su vez implica volver a incluir esa parada en la ruta del día siguiente. La estrategia de Amazon se basa en que el repartidor deja todos los paquetes del pueblo en un único comercio de confianza, que se encarga de almacenarlos y repartirlos de forma casi personalizada, lo que permite reducir los costes logísticos y de almacenamiento.

Lo explica otra de las nuevas colaboradoras, Ascensión Nieto, que vive en Casanueva, una localidad de Granada de menos de 1.500 habitantes. Trabaja en la floristería CensiFlor y desde octubre, además de ramos también reparte paquetes de Amazon: "Como conocemos a la gente, no nos cuesta adaptar el reparto, que es prácticamente personalizado. La gente confía plenamente en nosotros y te dice "si algún día no estoy, no devuelvas el paquete y dámelo mañana". Y nosotros nos lo quedamos. El resto de empresas repartidoras, al no conocer a los vecinos, si alguien no está, no se reparte. Nosotros rara vez devolvemos un paquete".

A cambio de reducir los costes logísticos, Amazon aporta una ayuda que los colaboradores consideran fundamental: "Distribuir y repartir pedidos de Amazon nos está ayudando económicamente, porque después del confinamiento la recuperación ha sido muy lenta", explica Ascensión.

El tercero de los pioneros que forman parte de la iniciativa de Amazon es Francisco Barona, dueño del restaurante El Olivo, ubicado en el pueblo cordobés de Luque, de unos 3.000 habitantes. "Una ayuda económica viene bien, especialmente después de los momentos complicados durante la pandemia. Esa fue una de las razones que animaron a hacerme repartidor y la verdad es que la experiencia está siendo bastante buena".

Cada día destina aproximadamente una hora para distribuir entre veinte y treinta paquetes: "La gente que pide, ya sabe que el paquete lo tengo yo y me llaman para ver cuándo lo puedo llevar o si vienen a cogerlo directamente al restaurante".

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