España es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo, que es de 82,3 años al nacer. No obstante, esta cifra es para alguien que naciera en el día de hoy. Sin embargo, como bien conoce la ciencia actuarial, cada edad tiene su propia esperanza de vida media según las estadísticas. Así, por ejemplo, una persona de 65 años en España tiene de media 27,6 años de vida por delante, lo que le haría llegar a los 92. Por tanto, casi un tercio de nuestra vida la vivimos como jubilados, una etapa muy larga y heterogénea, que de manera simplista se podría dividir en tres fases diferenciadas en cuanto a actividad y necesidades económicas.
Estas necesidades económicas se cubren normalmente con la pensión pública, que para el 90% de los jubilados en España supone su principal fuente de ingresos. De hecho, para siete de cada diez españoles supone el único ingreso en la jubilación. Sin embargo, este ingreso es insuficiente para cubrir las necesidades del 40% de los pensionistas, necesidades muy variadas en función de la etapa de la jubilación en que se encuentre.
La hipoteca inversa es un préstamo especial para mayores de 65 años que permite obtener liquidez utilizando la vivienda como garantía. Se trata de un producto que permite "convertir la casa en un plan de pensiones, con lo que se consigue seguir disfrutando de la vivienda, porque no se pierde la propiedad, y a la vez recibir unas cantidades de dinero en función de las necesidades del cliente", explica Iñigo Hernández Alesanco, Dtor de Desarrollo de Negocio de Óptima Mayores, empresa que ha lanzado Hipoteca Senior, un servicio de asesoramiento para conseguir la mejor hipoteca inversa del mercado. La particularidad de la hipoteca inversa frente a otro tipo de préstamos es que no tiene cuotas de amortización, es decir, no hay que devolverlo mes a mes. "Por ejemplo, una persona de 75 años con una vivienda de 300.000 euros puede recibir 100.000 euros que no tiene que devolver. Disfruta de ese dinero como quiera. Sus herederos heredarán la vivienda, que valdrá en ese momento 300.000 euros más la revalorización, y tendrán que devolver los 100.000 euros más los intereses. Normalmente lo que hacen es vender la casa, saldar la deuda y quedarse con la diferencia", aclara Hernández Alesanco.
Este producto que se reguló en España a través de la Ley 41/2007 precisamente para favorecer su desarrollo, se presenta como una alternativa para cubrir las necesidades de los mayores de 65 años en las diferentes etapas de la jubilación.
En la primera etapa, durante los primeros años de la jubilación, se cuenta por norma general de muy buena salud y de tiempo para hacer muchas de las cosas que las exigencias de la etapa activa impedían hacer: viajar, salir, destinar más tiempo al ocio, a hacer deporte, … en definitiva a llevar una vida muy activa a todos los niveles. Esta etapa, que cada vez se alarga más, suele llegar hasta los 75, casi 80 años. El llevar este tipo de vida requiere de un nivel de ingresos con el que muchas veces ya no se cuenta, pues al haber dejado de trabajar se produce la pérdida de poder adquisitivo, ya que el importe de la pensión no cubre el nivel del último salario, circunstancia que se agrava para las rentas más altas. Es aquí donde la hipoteca inversa puede cubrir ese gap que se produce entre la disponibilidad de liquidez y la que se desearía para poder mantener el nivel de vida deseado. También es muy frecuente en esta fase el hacer uso de la hipoteca inversa para cancelar hipotecas pendientes en sus últimos años de amortización ya que el pago de la cuotas supone un gasto inasumible.
Existe una segunda fase en la que ya no se puede llevar una vida tan activa porque la salud se resiente. En esta etapa se suele contratar la hipoteca inversa para mejorar el nivel de vida en general y llegar más cómodo a final de mes con un enfoque más destinado al cuidado.
La última etapa llega con la dependencia, que implica la necesidad de contratar cuidados más intensivos ya sea en el hogar o en otros centros, lo que incrementa considerablemente el nivel de gastos, muchas veces inasumibles por las familias. Uno de los usos más habituales de la hipoteca inversa es precisamente para financiar este tipo de servicios.
En definitiva, la hipoteca inversa o hipoteca senior puede ser una buena alternativa para complementar los ingresos en la jubilación y cubrir las diferentes necesidades que surgen durante una etapa de la vida cada vez más larga.