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¿Qué pasará cuando las políticas extraordinarias del Banco Central, en teoría temporales, se terminen? ¿Seremos capaces de financiarnos en el mercado?

La Pizarra: la deuda, el BCE y la pregunta que nos da miedo hacernos

¿Qué pasará cuando las políticas extraordinarias del Banco Central, en teoría temporales, se terminen? ¿Seremos capaces de financiarnos en el mercado?

Un Estado híperendeudado, que no ha hecho ajustes reales en el gasto público en la última década (y los pocos que hizo, hace ya años, fueron muy superficiales), que tiene acceso a los mercados de deuda no porque los inversores confíen en la solvencia de sus finanzas, con graves problemas de productividad y que retrasa sine die las reformas pendientes, que genera desconfianza entre sus socios de la Eurozona porque ha incumplido de forma reiterada sus compromisos...

¿Les suena? ¿España 2022? ¿O Grecia 2005?

Cuando pensamos en el país heleno, lo que nos viene a la cabeza son los acontecimientos que se vivieron allí entre 2010 y 2015: quiebra soberana, planes de rescate, tensiones en la Eurozona, corralito, referéndum... Pero todo aquello no fue sino la consecuencia de lo que pasó en la década previa. Entre el año 1997-98 y el año 2007-08, el Estado griego vivió en una realidad ficticia, como esos nuevos mundos que ahora nos promete la tecnología. Ni había hecho reformas, ni había ajustado el gasto ni resuelto sus problemas de productividad. Sin embargo, a pesar de todos aquellos problemas, tenía acceso a los mercados sin aparentes problemas. ¿Magia? No, el apoyo de sus socios de la Eurozona con los que compartía moneda, lo que le permitía financiarse a un precio no muy diferente al de Alemania, Austria u Holanda.

Entonces llegó la crisis de 2007-08 y todo cambió. Los inversores huyeron, el apoyo del resto de los socios se difuminó, el Estado quebró y los excesos de los años anteriores pasaron una factura que todavía hoy (y por muchos años) se hace sentir en un país que cada vez se siente más alejado de los más ricos de Europa.

España no está en la situación del país heleno en 2010. Eso es evidente. Pero lo que se preguntan Domingo Soriano y Nuria Richart en este nuevo episodio de La Pizarra de Domingo Soriano es si nos parecemos cada vez más a la Grecia de 2005, viviendo en una autocomplacencia muy peligrosa. Porque entre las necesidades de financiación del Estado español (cada vez mayores) y el coste que paga por su deuda (parece que cada día es más barato salir al mercado) hay una distancia que no es fácil explicar con criterios económicos. Sólo el apoyo directo del resto de miembros de la Eurozona y las compras de deuda en el mercado secundario del BCE se puede explicar este fenómeno. ¿Magia? No, simplemente nos está comprando la deuda el que no se juega su dinero en el envite. ¿Y qué pasará cuando esas políticas, en teoría temporales, se terminen? ¿Seremos capaces de financiarnos? ¿Corregiremos la senda de déficit? ¿Tendremos la confianza de los inversores? ¿Nos veremos en 2025 en la misma situación en que se encontró Grecia en 2010? Son preguntas incómodas, pero realistas. Y con un agravante: al menos los gobernantes griegos podrán decir que ellos no lo esperaban, que nunca habían visto algo semejante con anterioridad.

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