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Vuelve el clásico madrileño de los perritos calientes Nebraska

La patente de Nebraska le ha servido para asociarse con La Españolita, un local situado en la transitada Gran Vía madrileña.

La patente de Nebraska le ha servido para asociarse con La Españolita, un local situado en la transitada Gran Vía madrileña.
Fachada de la cafetería/restaurante de la Españolita en Madrid, España. | La Españolita

En el año 1955, Juan Ramón Blanco, un español que estuvo de capataz en Guinea, decidió emprender una aventura empresarial en las calles de Madrid que murió para volver a renacer, en cierta medida. Lo que comenzó como una tienda de ultramarinos al uso, se terminó convirtiendo en una cafetería al modelo americano y apostando por una receta hasta entonces poco conocida en España, los perritos calientes. La cadena, llamada Nebraska, consiguió saltar de la glorieta de Cuatro Caminos a otros puntos de la capital y sumar hasta siete locales y más de 92 trabajadores en la compañía.

Sus perritos calientes se convirtieron en un éxito y en un clásico madrileño, ya que como rezaba el lema son "modernos desde 1955". Pero, pese a haber sobrevivido a crisis económicas, una dictadura, la transición y todo tipo de contratiempos. En 2017 tuvieron que cerrar, tras conseguir vender más de 300 perritos al día y más de 3.000 los fines de semana en tan solo una de sus cafeterías, la de Cuatro Caminos.

Sin embargo, y pese al cierre, José Ramón Blanco, hijo del fundador, patentó el nombre de Nebraska y la exitosa receta de estos perritos, cuyo secreto está en la salsa. Aunque, también se quedó con la receta, igualmente popular, de las tortitas de chocolate. Ahora, esta patente le ha servido para asociarse con La Españolita, un local situado en la transitada Gran Vía madrileña, y que a su vez forma parte del grupo JC Hoteles, dueño de la taberna La Española y el restaurante Pirámides.

Ahora, los famosos perritos Nebraska vuelven tras cinco años desaparecidos manteniendo la esencia: el mismo pan y, por supuesto, la misteriosa y sabrosa salsa. Desde ahora, por 2,5 euros se pueden degustar en el local madrileño. Pero, la intención es expandirlo utilizando otros locales del grupo e incluso sumarse a la moda de los food trucks para llevarlo más allá del cinturón de la M-30. El siguiente paso, según afirman, será hacer lo mismo con las míticas tortitas para que no caigan en el olvido y vuelvan a endulzar el paladar de los madrileños.

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