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EDITORIAL

Sánchez destruye y luego subsidia

Esos 16.000 millones anunciados para ayudar a la economía son, en realidad, una losa añadida que tendrán que soportar todos los españoles.

El presidente del Gobierno avanzó este lunes las líneas principales de su plan de choque para hacer frente a la brutal subida de precios de los combustibles, que puede resumirse en una frase tan sencilla como indignante y esperada: no habrá bajadas de impuestos. Fiel a sus ideas socialistas y a su pacto con los comunistas, Pedro Sánchez confía en la fórmula clásica de la izquierda para gestionar la economía, basada fundamentalmente en aumentar la presión fiscal para después devolver unas migajas a los sectores más machacados. En eso y no en otra cosa consiste el anuncio de subvencionar los precios del combustible y el recibo de la luz, que se produce en plena oleada de protestas de distintos sectores económicos y sociales.

La subvención de 20 céntimos por cada litro de combustible es una tomadura de pelo a los ciudadanos por varias razones. En primer lugar, hay cinco céntimos que tendrán que asumir las compañías petroleras, algo que, de hecho, están haciendo ya varias sin necesidad de que el Gobierno les indique cómo han de conducir su negocio. Pero es que los 15 céntimos restantes que va a aportar el Ejecutivo será un coste añadido para los contribuyentes, puesto que saldrán de las arcas públicas, sufragadas con los impuestos de empresas y ciudadanos. ¿Dónde está entonces la rebaja real?

Por si estas cuestiones de fondo no fueran suficientes para rechazar el despropósito, tampoco se sabe cómo se va a instrumentar esta subvención, dada la complejidad de una medida que involucra a agentes tan dispares como los ciudadanos particulares, los profesionales del transporte, las empresas del sector, las productoras de petróleo o las empresas distribuidoras, cada uno con sus circunstancias determinadas.

Por tanto, esos 16.000 millones de euros anunciados por Sánchez para ayudar a la economía en unos momentos extraordinariamente difíciles son, en realidad, una losa añadida que tendrán que soportar todos los españoles, vista la negativa rotunda del Gobierno a bajar los impuestos de la energía, lo único que supondría un alivio real para empresas y ciudadanos.

Podemos se atribuye la autoría intelectual de esta andanada contra los contribuyentes. Pero el presidente que ha empotrado a los chavistas en el Gobierno puede competir con ellos en radicalismo destructivo y sectarismo ideológico, como ha demostrado anunciando un subsidio vergonzoso a unos contribuyentes a los que, previamente, él y sus socios han machacado.

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