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Hacienda se queda 1.300 euros de cada contribuyente por no descontar el IPC en el IRPF

Desde 2008, no deflactar las tarifas ha tenido un efecto cada vez más acusado en los pagos anuales de los contribuyentes.

Desde 2008, no deflactar las tarifas ha tenido un efecto cada vez más acusado en los pagos anuales de los contribuyentes.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, esta semana | EFE

A finales de los años 80, la situación de estanflación que atravesaba la economía estadounidense animó el debate sobre la necesidad de reformas las reglas tributarias para reflejar el impacto de la inflación en los tramos y tarifas de los impuestos. Economistas como Arthur B. Laffer insistieron en la necesidad de ajustar estos umbrales año tras año, para descontar el efecto que tiene la subida de los precios en el poder adquisitivo de los contribuyentes. Sus lecciones no solo fueron implementadas por Ronald Reagan, sino que también llegaron a Europa de la mano de dirigentes como Margaret Thatcher o José María Aznar.

Ahora que la economía española enfrenta un grave problema de estanflación, que implica un estancamiento económico combinado con una inflación desbocada, vale la pena preguntarse qué efecto tiene semejante problemática en impuestos como el IRPF. No es la primera vez que este diario se ocupa de esta cuestión: en 2016, por ejemplo, estimamos en 430 euros el golpe que estaban asumiendo los contribuyentes españoles desde 2008 como resultado de la no revisión de los tramos y tarifas del IRPF con arreglo a la inflación.

Más recientemente, en diciembre de 2021, alertamos de que Hacienda se embolsará al menos 370 euros "extra" en el IRPF de un contribuyente medio a raíz de la inflación registrada en la segunda mitad del pasado ejercicio. Pero el acelerón de los precios no solo no se ha detenido, sino que ha ido a más en el primer trimestre de 2022, como resultado de la expansión monetaria del Banco Central Europeo y la falta de reformas del gobierno de Pedro Sánchez.

Se hace necesario, pues, seguir estudiando el efecto de la "progresividad en frío" en un entorno en el que el IPC escala hacia el 10%. Y este es precisamente el ejercicio que ha completado José Félix Sanz, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, bajo encargo de la Fundación Disenso, el think tank de Vox. Según estima Sanz, el exceso de tributación acumulado de 2008 a 2020 por la no deflactación del IRPF ascendió a 10.269 millones de euros. A esta cifra hay que sumarle 4.110 millones del ejercicio 2021, en el que el IPC experimentó una subida mensual media del 3,1% y el efecto en el IRPF se situó en 4.110 millones. Por tanto, estaríamos ante un golpe de 14.379 millones de euros para todo el periodo 2008-2020.

El problema es que, además, la subida de precios ha continuado en 2022, con un incremento mensual medio del 7,8% en el IPC durante el primer trimestre del año. Al ritmo actual, no parece descabellado pensar que el impacto anual derivado de dejar como está el IRPF pueda ascender a 12.000 millones. Esto supone que la factura del contribuyente medio se encarecería en casi 600 euros. A esta cifra hay que sumarle los 700 euros de incremento derivado del periodo que va de 2008 a 2021. Por tanto, el efecto medio de no ajustar el IRPF ya alcanza la cifra de 1.300 euros por declaración, consecuencia de un golpe agregado de hasta 36.000 millones.

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