Radio Televisión Española continúa con la sangría de audiencia y aumentando la brecha con respecto a las cadenas privadas españolas. De hecho, en el mes de abril, RTVE – donde se incluyen todas las cadenas del grupo – registró una audiencia media del 13,7% de share, su mínimo histórico, frente al 28,9% de Mediaset España y al 27,3% de Atresmedia. Una caída de audiencia que no tiene nada que ver con falta de presupuesto, todo lo contrario. La cadena pública ha aumentado su partida un 6% con respecto a 2021 hasta alcanzar los 443 millones de euros, un gasto muy superior 378 millones de 2020 o a los 293 del año 2015. Este coste supone ya 20 euros anuales por cada español o 100 euros por un hogar compuesto por cuatro personas.
Sin embargo, una cosa es lo presupuestado cada año en los PGE y otra cosa es el coste real de mantener todo RTVE. En total, la partida se sitúa en los 977 millones de euros. De esta manera, a esos 443 millones que salen del bolsillo de los contribuyentes hay que sumarle una parte de los ingresos de las televisiones en abierto que, según el nuevo Anteproyecto de la Ley General Audiovisual, destinarán el 3% de los ingresos a RTVE. Pero, además, los nuevos operadores y las plataformas de compartición de vídeos tendrán que dar el 1,5% de sus ingresos a la entidad pública.
Estos fuertes desequilibrios entre presupuesto y coste han hecho que la deuda de la corporación pública se dispare también. En estos momentos es ya de 588 millones de euros, un 61,5% más que lo marcado el pasado mes de junio, cuando se debían 364 millones de euros.
Y es que, a pesar de los malos datos de audiencia, la gestión de RTVE deja mucho que desear si se compara con los dos principales grupos privados como Mediaset o Atresmedia. RTVE cuenta con 6.542 empleados en plantilla, según los últimos datos de 2019, mientras que Atresmedia tiene 2.527 trabajadores y Mediaset, 1.559. Algo que se refleja en el coste laboral, RTVE destina 425 millones a pagar sueldos, frente a los 121,5 de Mediaset o los 161,7 de Atresmedia.