En 2019 la factura sanitaria de los turistas morosos en las Islas Baleares ascendió a 1,8 millones de euros, en 2021 superó los 2,2 millones de euros y se espera que en este curso se vuelva a rebasar esa cifra, haciendo que en cuatro años los impagos a la sanidad balear asciendan a más de 7 millones de euros, según el servicio de salud autonómico. Se trata de impagos realizados por turistas extranjeros que viajan sin seguro médico a Baleares y que hacen uso de los servicios públicos de salud de las islas.
Ante esta complicada situación que supone un agujero para las cuentas públicas baleares y españolas, el Gobierno de las Islas Baleares ha apostado por contratar a una empresa privada para que se encargue de reducir el número de morosos que dejan sin pagar sus facturas sanitarias.
El Ejecutivo liderado por la socialista Francina Armengol espera que con estos servicios puedan cobrar las deudas de esos 7 millones de euros acumulados desde 2019. Así las cosas, la externalización permitirá que la compañía gestione los cobros de las deudas producidas en los últimos tres años, más las que se den en este 2022.
Los turistas europeos que hagan uso de los servicios de salud deben llevar la tarjeta sanitaria europea para poder hacer las respectivas gestiones de cobro, mientras que los extracomunitarios deben tener contratado un seguro que se encargue de pagar la factura en caso de hacer uso de los servicios médicos. Lo que sucede es que en el caso de no hacer y ser atendidos, la gestión se complica y la deuda la deben pagar a título individual.